Desde los famosos discursos del cardenal Henry Newman en el siglo XIX, en los que se detenía prolijamente a opinar sobre la institución universitaria de su tiempo y, en donde, abrogaba por la urgente necesidad de contar con buenos maestros en la vida de dicha institución, tanto en la cátedra docente como en la investigación, la cuestión ha seguido siendo tema recurrente e incluso ha ido en aumento desde entonces y hasta nuestros días.

De hecho, en la actualidad, ante tanta información como nos proporcionan los nuevos fondos editoriales, los libros digitales, las bibliotecas y hemerotecas, el propio uso de internet y, en general, los nuevos multimedia, resulta cada vez más imprescindible contar con personas que puedan dirigir con solvencia las investigaciones y que orienten nuestras lecturas, y por supuesto que aprendan a conocernos bien para orientar nuestros pasos en el estudio.

En el reciente volumen que se ha publicado como homenaje al catedrático de historia moderna de la Universidad autónoma de Barcelona, el valenciano Ricardo García Cárcel, con motivo de su llegada a la edad de la jubilación, el tema central del trabajo es la importancia del maestro en la vida universitaria y también en la orientación bibliográfica, búsqueda de libros y ensayos que formen y que faciliten la creación de una mentalidad universitaria.

La catedrática y profesora de Barcelona, Doris Moreno, aparece como presentadora y coordinadora de este volumen homenaje y es lógico, pues ella es discípula del Profesor García Cárcel, y, además, es coautora con el maestreo de importantes obras de investigación acerca del origen, desarrollo y funcionamiento del moderno Tribunal de la Inquisición castellana.

En las primeras páginas, la profesora Doris Moreno, se centrará en delinear lo que significa para ella “un maestro”, para inmediatamente después caracterizar a García Cárcel: “El maestro es capaz de despertar en sus estudiantes la curiosidad dormida, de abrir puertas a la inteligencia despierta, de acompañar en el proceso de madurez intelectual; aquel que plantea dudas e interpretaciones, sugiere temas de investigación y debate con los alumnos” (9).

Poco más adelante, recordará la faceta más importante del maestro: la humildad: “El maestro universitario, quizá en la intimidad, se puede sentir orgulloso de haber contribuido a que sus estudiantes continúen sus líneas de investigación, pero nunca hará alarde público de ello porque una cualidad del maestro es necesariamente la humildad” (9). Finalmente, añadirá: “El magisterio no tiene fecha de caducidad si se ha construido desde el respeto, la sinceridad, el cariño y la libertad” (10).

José Carlos Martin de la Hoz

Doris Moreno (coord.), Diálogos con la historia. Ricardo García Cárcel y el oficio de historiador, ed. Cátedra, Madrid 2019, 332 pp.