Meditaciones de segunda juventud

 

La obra que acaba de escribir y publicar Francisco Fernández Carvajal en ediciones Palabra y que ahora vamos a comentar brevemente, no es un libro más acerca de la vejez, con unos sabios consejos prácticos para los jubilados del IMSERSO.

Se trata de una obra de categoría, en primer lugar, por el autor, pues Fernández Carvajal es de uno de los escritores clásicos de espiritualidad más recientes en castellano, y aunque versa sobre el declive del ser humano, la decrepitud y la decadencia, no es un libro vulgar, sino que ha debido de ser un libro costosamente elaborado y, casi, fruto de la terrible experiencia del dolor, la enfermedad y la vejez.

Como todos los libros autobiográficos, este trabajo refleja también la grandeza de ánimo de su autor, no sólo su maestría en la escritura y su capacidad de sacar limonada del limón, más allá de la aceptación rendida de la situación descrita. Grandeza de ánimo pues resulta atractivo y alentador para vencer con la fe, la tentación del abatimiento.

En segundo lugar, este no es un libro vulgar por el contenido, puesto que Francisco Fernández Carvajal nos ha redactado casi un nuevo “libro para hablar con Dios”, es decir, con meditaciones muy prácticas con las que poder vivir y crecer espiritualmente en la segunda parte de la vida, la que algunos llaman la vía ascendente, es decir, aquella que nos prepara para santificar las limitaciones y la proximidad de la muerte.

Asimismo, se trata de un libro lleno de vitalidad y de esperanza, de oración y de contemplación de la Sagrada Escritura, de los Padres de la Iglesia, de los grandes libros de los santos, especialmente de la meditación de las obras de san Josemaría, pero también de los autores clásicos griegos y latinos y por supuesto también de los recientes.

El libro está lleno de otros libros, de vida, de consejos prácticos, de modo que casi se puede decir que contiene un verdadero programa de vida y que se abre a la vida. Especialmente, es un libro dedicado a enseñar a hacer la vida feliz a los demás, pues, como es sabido ahí está el secreto de la felicidad a cualquier edad y más en la última (219).

El programa trazado es claro: “Enseñar a vivir es un buen lema en esta etapa. Para esto es necesario ser optimistas, permanecer activos, resultar asequibles, estar disponibles para hacer favores. Cuando se piensa en los demás y se les quiere de verdad, estas actitudes pueden ser costosas en ocasiones, sin embargo, como los motivos son potentes, se cuenta con una energía que puede superar el cansancio” (223).

José Carlos Martín de la Hoz

Francisco Fernández Carvajal, El paso de la Vida, ediciones Palabra, Madrid 2018, 446 pp.