Memoria y gratitud

 

El Presidente de la Conferencia episcopal española, su Eminencia el cardenal Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, habla a la Iglesia española del siglo XXI a través de este conjunto de artículos, conferencias y discursos que a lo largo de estos últimos años ha pronunciado y, sobre todo, ha madurado en su interior para expresarlos en diversas actividades episcopales. Blázquez nos habla desde le fe meditada en la oración y desde la fortaleza del buen pastor que orienta la conducta del Pueblo hacia la identificación con Cristo.

El cardenal en este trabajo nos habla como obispo y pastor, pero en el fondo late su alma de profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, de la que actualmente es Gran Canciller. Su espíritu de investigación, de estudio, de profundización en la Verdad, hace aflorar los frutos del Concilio del Vaticano II.

Precisamente del Concilio se hablará mucho en estas páginas, tanto que podemos decir que este trabajo es un fruto del concilio y el propio cardenal es un verdadero pastor del Vaticano II. Como expresa el cardenal Blázquez: “Mi vida ha discurrido desde los años de formación en el ministerio sacerdotal en Ávila hasta el día de hoy en el ámbito del concilio Vaticano II. Me formé en este marco eclesial y en el mismo se ha desarrollado mi ministerio como presbítero y obispo, como estudiante y profesor. En las coordenadas conciliares está situada mi vida” (14). Una prueba de lo anterior es el recorrido de servicio ministerial de este pastor a lo largo de sus 50 años de sacerdote y obispo: Ávila, Santiago, Palencia, Bilbao y Valladolid. La enumeración de estas diócesis españolas, indican un corazón episcopal de plena comunión, de integración y de raíces muy antiguas de la fe, pues España es bimilenaria en su fidelidad al Evangelio.

La comunión está también expresada en las raíces teresianas de su vocación y, por tanto, el recuerdo de la llamada de la Santa de Ávila, a la vida contemplativa de la totalidad del pueblo cristiano. Las carmelitas desde el claustro y los cristianos en la calle, en el trabajo, en los quehaceres de la vida humana. Como decía san Josemaría en y desde las ocupaciones ordinarias del cristiano. Que todos estamos llamados a la santidad es mensaje esencial del Vaticano II (Cfr. Lumen Gentium n. 11) y, como tal, es recordado por Blázquez con diversos acentos a los largo de este trabajo recopilatorio (cfr. segunda parte, pp. 171-282).

La referencia al título del libro; gratitud, es obligada, pues constituye la otra línea, junto a la memoria de los años y el servicio, del libro. Es la gratitud profunda a Dios que muestra Blázquez, por la confianza recibida, los dones de lo alto, la compañía y las respuestas de tantos corazones generosos. Todo ello compone un libro de agradecimiento "Yo te bendigo (exomologoúmai) Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las ha revelado a la gente sencilla" (Mat 11, 25-26). Es clave este elemento de agradecimiento y de admiración con el que el cardenal Blázquez afronta la vida de Vasco de Quiroga, de Santa Teresa, de los santos y su propia tarea episcopal. En suma, un trabajo para ser leído con detenimiento y oración.

José Carlos Martín de la Hoz

Ricardo Blázquez, Memoria y gratitud, ed. Sal Terrae, Santander 2016, 358 pp.