Metafísica inacabada

 

La urgente necesidad de recuperar los estudios humanísticos en general y, más en concreto, la de dedicar recursos e ideas a desarrollar en el mundo académico una profunda investigación filosófica acerca de la metafísica, constituyen un clamor universal en el marco de la cultura occidental. Por este motivo, resulta de un gran interés adentrarse con detenimiento en la lectura del extenso tratado de “la nueva metafísica” preparada por el filósofo alemán Markus Gabriel (1980), quien alcanzó muy joven, nada menos que a los 29 años, el grado de profesor de epistemología, filosofía moderna y contemporánea, en la Universidad de Bonn. Precisamente, el entusiasmo quasi-juvenil de nuestro autor le ha llevado a desarrollar en estas páginas que ahora presentamos, un inacabado intento de constitución de lo que ha llamado una nueva metafísica, aunque en realidad habría que hablar de una inconclusa metafísica.

Hay que reconocer que la nueva metafísica encalla pronto: “El nuevo realismo es en general la idea de que el realismo no tiene que operar con la afirmación de una realidad independiente del espíritu o de la perspectiva (lo cual de ningún modo implica que no hay ningún mundo exterior). El realismo no consiste precisamente en el reconocimiento metafísico de un determinado tipo de objetos (por ejemplo, de especies naturales)” (39). Pronto añadirá que “el pluralismo epistemológico es una actitud bastante liberal, pues reconoce una pluralidad de formas (proposicionales) de saber, las cuales no se mantienen unidas, por ejemplo, en virtud del método más general que habría de usarse para averiguar todo lo que es el caso, y para justificar luego nuestro hallazgo en una privilegiada praxis discursiva (la ciencia). La ciencia, lo mismo que el mundo, no es un singular al que hayamos de aspirar” (40).

Pronto aparece la dureza con la que ataca el concepto de “mundo real unitario” o el mundo: “si el concepto de mundo se muestra obsoleto, pues no existe el mundo, y con ello no puede haber el mundo real unitario, en el que estamos incluidos nosotros, es necesario desarrollar una concepción de las modalidades adecuada a esto. Ha de sustituirse la metafísica de mundos posibles, pues ella presupone que existe algo así como el mundo real unitario, frente al cual podemos representarnos cursos alternativos del mundo, que habrían de hacer verdaderas o falsas nuestras opiniones modales. Eso es un resto de una metafísica inaceptable” (49). Es interesante lo que señala a propósito de las teorías del pensamiento, pues eso “habla en contra del intento de dejar el pensamiento fuera de lo que existe” (523).

Llegado al final del trabajo nuestro autor afirmará solemnemente: “La luz resplandece ya. Las cosas son de hecho tal como las representan los pensamientos verdaderos. Esta universal reflexión realista puede defenderse en diversos campos y con diferentes métodos” (539).

José Carlos Martín de la Hoz

Markus Gabriel, Sentido y existencia. Una ontología realista, ed. Herder, Barcelona 2017, 586 pp.