Relativismo culturalista

 

En el interesante trabajo del filósofo y profesor Fernando Inciarte (1929-2000), publicado póstumamente, con el interesante título de “Cultura y verdad”, se aborda ampliamente el grave problema del relativismo, temática de una gran actualidad.

Precisamente, es abordada por un especialista en la materia pues el Prof. Inciarte pasó la mayor parte de su vida en Alemania, primero en Colonia donde culminó sus estudios universitarios y, posteriormente, como catedrático, escritor, conferenciante e investigador en las prestigiosas Universidades de Friburgo, Münster y Navarra.

Evidentemente, para el profesor Inciarte el relativismo imperante en la sociedad actual europea y denunciado repetidas veces por el papa Benedicto XVI, no es una conclusión ineludible del multiculturalismo, ni siquiera una derivada de la globalización y, por supuesto, tampoco derivado de la necesidad imperiosa de llegar a amplio consenso cultural en el seno de este mundo democrático tan heterogéneo, abierto y plural.

Así pues, el libro que ahora presentamos, después de estudiar a fondo la cultura y su definición, dedicará toda a segunda parte de la investigación al tratamiento de la verdad y a la identidad cultural en pleno diálogo (195).

Es interesante la referencia que hace al comienzo, el profesor Inciarte, a la interpretación de Heidegger, del acto de ser Aristotélico: “Heidegger concibe la verdad como manifestación. Este es otro modo de decir que tratar de la realidad es lo mismo que tratar de su comprensión: el ser es la comprensión del ser (en donde el genitivo es tanto objetivo como subjetivo). Verdad es, pues, manifestación. Pero no hay manifestación sin ocultamiento; en último término, sin misterio”.

Pocas líneas más abajo señalará detalladamente el fondo de la cuestión de la realidad inmediata, mediante una referencia cruda y radical a la muerte que todos hemos de experimentar: “todo filósofo es mortal. La muerte es lo que últimamente le pone en contacto con la realidad inmediata. Tal vez en la vida no haya nada inmediato, salvo la muerte. (…). Por otra parte, decir que la realidad inmediata no existe es caer, por el extremo opuesto, en la burda reacción del sentido común frente al culturalismo” (210).

Finalmente, el profesor Inciarte nos recordará que “negar de entrada la fe, es negar la misma distinción entre filosofía y vida, arte y vida, cultura y vida. Es la muerte la que se encarga de refutar esta negación. Es en la muerte donde, en todo caso, se vive inmediatamente, es decir, sin cultura. La muerte no es más que el caso extremo” (211).

José Carlos Martín de la Hoz

Fernando Inciarte, Cultura y verdad, ediciones Eunsa, Pamplona 2016, 339 pp.