Revisar la Historia de la Iglesia

 

El profesor de sociología Rodney Stark de la Baylor University en Texas, se ha convertido en estos años en uno de los más destacados historiadores de la Iglesia dedicados a la apologética cristiana; un género literario y controversista muy afamado en el siglo XIX y que, actualmente, ha dado paso a la llamada Teología Fundamental.

Deseamos ahora fijarnos en algunas de las cuestiones tratadas en su interesante trabajo, publicado recientemente y dedicado tareas de desenmascaramiento de algunas de las leyendas negras que la propaganda anticatólica ha ido impulsando en estos últimos siglos.

Los primeros capítulos los dedicara al mito del antisemitismo de la Iglesia Católica desde los primeros siglos, para culminar con una renovada exposición de los motivos políticos y económicos que llevaron a unirse a los soviéticos y hebreos y cambiar la percepción sobre Pio XII y su actuación durante la segunda guerra mundial; de pasar de ser quien más judíos salvó protegiéndolos en el mundo entero, a ser considerado un colaborador de Hitler durante el holocausto.

Stark hace, en las primeras páginas de su obra un elenco de los autores que más han contribuido en el área anglosajona al desarrollo de la leyenda negra y los denomina los fanáticos ilustrados pues muchos de ellos son antiguos religiosos y hablan por la herida, como Karen Armstrong, James Carroll, John Cornwell (10-11), aunque el más paradigmático sea Edward Gibbon (1737-1794) cuando redacta su libro sobre la caída del imperio romano, donde afirmaba que la caída del imperio romano fue el triunfo de la barbarie y de la religión (108), y hablaba de la falsedad de la conversión del emperador Constantino a la Iglesia Católica, pero sí de su sincero afán por acabar con el paganismo de la antigüedad romana y extender el catolicismo en el Imperio (87). También recogerá los famosos textos donde se relativiza la persecución romana contra la Iglesia y en cambio magnifica la “brutal represión” de los emperadores para la conversión a la Iglesia de los paganos romanos (87). Prueba de la falsedad de estas afirmaciones es el tiempo que tardó en desaparecer la magia, la superstición, la mezcla de los ídolos y la verdadera fe y la pervivencia de las costumbres paganas en Europa y no sucedió en tiempos del emperador Teodosio como afirmaría Gibbon (98). De hecho Stark recoge el texto de una carta del papa Gregorio Magno en el 601, donde se describe lo mucho que todavía falta por hacer (101).

Lógicamente, al presentar los fanáticos ilustrados la edad media como un periodo en que la sociedad en Europa cayó bajo el dominio y la opresión intelectual y moral de la Iglesia, Voltaire y Gibbon buscaban ofrecer a cambio la verdadera libertad del denominado siglo de las luces; es decir  la vida intelectual libre y sin determinaciones dogmáticas (112).

Precisamente, señala Stark, la lucha contra la esclavitud y en favor de la dignidad de la persona humana, hace que la Iglesia favoreciera a los esclavos y que incluso los admitiera a los sacramentos,  mostrando que de ese modo que los considera personas. Esto sí que es poner el fundamento de la abolición de la esclavitud (118).

Resulta muy novedoso el planteamiento que realiza Stark al tratar sobre el problema de las cruzadas en el siglo XII, para reconquistar los santos lugares una vez que habían caído aquellas tierras bajo dominio musulmán y se impedía la visita de los peregrinos. La cuestión se ha convertido en un gigantesco anacronismo, tanto por hablar de los aspectos económicos de las cruzadas (145 y ss.), como de la afirmación de Amstrong que las convierte en el origen del actual problema de Oriente Medio entre Palestina e Israel (161).

Desde luego, después de leer los diversos temas planteados y el estado actual de esas cuestiones, muchas de ellas ya muy antiguas en la historiografía, podemos afirmar con Stark que “los grandes mitos históricos tardan en morir aunque no haya una resistencia explicita a los nuevos argumentos probatorios que aporta la investigación (189).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Rodney Stark, False Testimonianze. Come smascherare alcuni secoli di storia anticattolica, ed. Lindau, Torino 2016, 340 pp.