Revolución biopolítica

 

Una de las cuestiones más importantes en el debate cultural, precisamente porque atañen al hombre y a la antropología, es la relación entre el impresionante avance de la técnica y los posibles límites de la dignidad de la persona.

Quien como Vittorio Possenti (Roma 1938), para tratar de estas cuestiones, puesto que es docente de la Universidad de Venecia, miembro de la Pontificia Academia de Santo Tomás y de la Vida y uno de los grandes especialistas en bioética, además de ser uno de los grandes pensadores italianos del momento.

Possenti está verdaderamente especializado en los debates actuales acerca de la nueva cultura y la nueva civilización que están brotando en este cambio de paradigma o nueva etapa de la historia de las ideas. La solución, lúcida como todo el pensamiento de Possenti, es apostar por el hombre: “Sigue siendo fundamental comprender que la técnica, es un proyecto humano, que surge en la convergencia de saber y poder, y no un destino que se nos impone desde fuera. En el desafío de la biotecnología renace la pregunta sobre el hombre, sobre la noción de persona y la idea del humanismo” (10).

En esta ocasión, ediciones Rialp publica una traducción de su último tratado de biopolítica, donde aborda directamente la herencia del filósofo francés Foucault (1926-1984) y de su demoledora deconstrucción de la antropología filosófica: “La concepción biopolítica de Foucault incluye entre sus premisas fundamentales la ausencia completa de la persona. Sobre ella, el silencio es total. El sueño antropológico incide profundamente en el pensamiento del hombre y en la antropología que, para Foucault no es más que una analítica del ser humano y de su finitud. Pura y simplemente, Foucault ha suprimido el concepto de persona de su horizonte teórico, después de haber operado una deconstrucción programática que culmina en una transición caracterizada por la desaparición del hombre” ((83),

Precisamente, al ir reduciendo el horizonte antropológico de la persona humana con toda su dignidad y trascendencia a cuerpo y de cuerpo a cosa, se ha escamoteado la verdad y se ha reducido el hombre a polvo.

El materialismo dialéctico ha recobrado un nuevo auge, tanto en política como en sociología y, como se puede observar, se han reproducido las utopías encarnadas en los movimientos de los indignados y en otros populismos de rango marxista.

Por otra parte, el transhumanismo cientifista y sus promesas de belleza, inteligencia, salud y larga vida, sumadas a las ideologías de género dejan al hombre reducido a libertad, pero no la libertad de un ser con alma espiritual, sino a la libertad de un cuerpo evolucionado desde la materia y encerrado en un horizonte corporal, sea el cuerpo que sea: “La fuerte presión biologicista que ha tenido lugar en parte del siglo XX ha sostenido que el cuerpo es el único objeto de la política y que su tarea se resume en gestionar los cuerpos” (83).

José Carlos Martín de la Hoz

Vittorio Possenti, La revolución biopolítica. La peligrosa alianza entre materialismo y técnica, ediciones Rialp, Madrid 2016, 233 pp.