San Pablo VI y el Concilio

 

En este segundo domingo de octubre de 2018 el papa Francisco acaba de canonizar solemnemente a san Pablo VI y a cinco santos más, en una imponente y calurosa ceremonia oficiada en una abarrotada Plaza de San Pedro y con millones de personas pendientes de la misma en los medios de comunicación del mundo entero.

En realidad, con esta solemne ceremonia el santo Padre, además de canonizar al papa que culminó la obra magna del Concilio el 8 de diciembre de 1965, acaba de volver a poner delante de nuestros ojos el núcleo esencial de la doctrina conciliar que fue la proclamación universal o llamada universal a la santidad que el Concilio Vaticano II vino solemnemente a recordar no sólo con la constitución Lumen Gentium sino presente en todos los documentos del Concilio.

Precisamente, el Santo Padre Francisco hace unos meses, en un documento de extraordinario valor, “Gaudete et exultate”, del 9 de abril de 2018, donde recordaba la llamada a la santidad de las clases medias de la Iglesia. El reclamo de Dios para que vivamos la vocación cristiana como una llamada de amor y de crecimiento en el amor hasta el extremo, pues la “medida del amor de Dios es amarle sin medida”.

Asimismo, el santo Padre Juan Pablo II, en un documento programático para el tercer milenio que estamos comenzando: “Novo Millenio ineunte”, publicado el 6 de enero de 2001, nos recordaba que la pastoral de la Iglesia universal para ese largo período de la vida de la Iglesia que comenzaba debía ser caracterizado por la pastoral de la santidad”

Esta breve introducción a la materia de la santidad venía a mi memoria en un día tan señalado, al leer un capítulo del último trabajo traducido al castellano del Prof.  John W. O’Malley SJ., titulado “Historia, Iglesia y teología”, donde se recogen artículos dispersos de Historia de la Iglesia publicado en diversas fuentes y recopilados con la intención de que nuestro pasado ilumine nuestro presente. Efectivamente, el profesor O’Malley es bien conocido en España, sobre todo a raíz de la publicación de sus estudios acerca del Concilio de Trento y de la renovación de la Teología del siglo XVI y del Concilio Vaticano II y la profunda revolución que perdura hasta nuestros días.

Precisamente, me llamaba la atención que en el capítulo 10 de este libro que recoge un artículo publicado por el autor en febrero de 2013, en la época del conclave que elegiría al papa Francisco, recogiendo los grandes hitos y aportaciones del Concilio Vaticano II, no hiciera mención ni a la llamada universal a la santidad ni a la pastoral de la santidad. Bien es verdad que como expresaba el autor: “todos los grandes acontecimientos son difíciles de interpretar, por lo que no deben sorprendernos los desacuerdos actuales sobre la interpretación del Concilio Vaticano II” (109).

José Carlos Martín de la Hoz

John W. O’Malley S J., Historia, Iglesia y teología. Cómo nuestro pasado ilumina nuestro presente, ed. Sal Terrae, Santander 2018, 244 pp.