Teología ecuménica

 

Cuando concluyó el Concilio Vaticano II el 8 de diciembre de 1965 y fueron publicados los Decretos y las Constituciones Dogmáticas aprobadas por los padres conciliares, entonces y solo entonces, se pudo admirar y contemplar con toda su armonía y belleza el edificio doctrinal que el Espíritu Santo había construido durante aquellos largos años de oración y de intenso trabajo (la sesión de apertura había tenido lugar, el día 11 de octubre de 1962).

Entre las joyas que encierran aquellas páginas donde se recogía el texto latino y castellano con unas breves introducciones, destacaban por la maravillosa novedad, aquel documento tan importante dedicado al ecumenismo; el decreto Unitatis reidintegratio, donde la teología católica había brillado a una gran altura y donde se dieron pasos de gigante en una tarea magisterial y a la par llena de gran altura y de matices, pues tal era su riqueza científica teológica.

Años después, el 25 de mayo de 1995, la Encíclica de san Juan Pablo II, Ut unum sint, volvía sobre esta importante materia con una fuerte llamada a la oración de toda la Iglesia y a que todos los cristianos hicieran el esfuerzo de recuperar la unidad perdida y, por tanto, de superar las desconfianzas, pues, al menos con la Iglesia Ortodoxa griega poco más nos separaba de ella.

Indudablemente, su fuerte llamada a estudiar el ejercicio y desarrollo del magisterio petrino en el primer milenio, parecía una ruta certera para recuperar confianza y recordar el respeto que siempre se ha vivido en la Iglesia por la tradición y por tanto por las tradiciones de las primeras iglesia fundadas por los apóstoles. Poco tiempo después así lo corroboró el Congreso teológico e histórico convocado por el Vaticano y presidido por el entonces Prefecto cardenal Ratzinger.

Precisamente, el Papa Francisco acaba de volver sobre esos documentos con una apremiante llamada a la unidad desde Suecia, en noviembre de 2017, donde fue a celebrar el quinto centenario de las famosas tesis de Wittenberg de Lutero con las que se dieron comienzo los pasos hacia la tremenda división y atomización de la Iglesia que ahora conocemos.

Allí, en aquellas frías tierras del norte de Europa, llamaba a todos los cristianos de todas las confesiones a trabajar juntos en el ejercicio de la caridad, en el servicio al hombre, en la entrega a los más necesitados, como había deseado Jesús con aquel Mandamiento Nuevo.

En el manual de teología ecuménica elaborado por los profesores Goyret de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y el profesor Pablo Blanco de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, se ordenan y sistematizan estos documentos y otros, así como las conclusiones que ya se han ido produciendo a lo largo de estos años. El índice de este manual es expresivo de la riqueza teológica que contiene esta materia.

José Carlos Martín de la Hoz

Philip Goyret-Pablo Blanco, Llamados a la unidad. Teología ecuménica, ediciones Palabra 2018, 238 pp.