Adolfo Torrecilla, en su reciente libro Cien años a la sombra del Gulag (1917-2017) (Rialp), ofrece abundantes pistas bibliográficas al lector interesado por el tema, una de ellas es el texto de Monika Zgustova Vestidas para un baile en la nieve (Galaxia Gutenberg). La autora, nacida en Praga, pero afincada en Barcelona, ha hecho un encomiable esfuerzo para encontrar en Moscú, en Londres y en París a trece mujeres supervivientes de las brutales represalias padecidas en la Unión Soviética, en tiempos de Stalin, sobre todo, pero también en las décadas posteriores, antes de la caída de aquel régimen criminal.

Una vez localizadas, ella desaparece casi y deja a sus interlocutoras que se explayen a gusto. De este modo, conocemos la historia de cada una, pero también la de otros represaliados, tanto mujeres como hombres, con los que compartieron sufrimientos, como la esposa del gran compositor Sergei Prokofiev, española de origen; o las vicisitudes de Boris Pasternak y la persecución y las condenas que padecieron personas allegadas a él, al que no se atrevieron a condenar abiertamente, por las repercusiones que pudiera suscitar en la opinión pública mundial. Son tan solo un par de ejemplos.

Trece mujeres con una fortaleza poco común, sustentada en la libertad interior que otorga la certeza de la inocencia, en la amistad, pero también en el esfuerzo por no degradarse, por no claudicar, que es lo que intentaban los opresores. Para lograrlo, componían poemas que se aprendían de memoria y compartían, valoraban la belleza de una puesta de sol o de un paisaje, escribían a escondidas o incluso fabricaban pequeños libros, algunos con dibujos para niños… Su heroísmo es también un homenaje a los millones de víctimas desconocidas o desaparecidas sin dejar rastro, tan inocentes como ellas, pero que no pudieron soportar ni física ni psicológicamente el frío, el hambre, la tortura, los trabajos forzados, en condiciones inhumanas, el aislamiento…; o porque fueron ejecutadas sin más contemplaciones.

Libros como este son muy necesarios, para lograr que desaparezca de una vez la condescendencia con que aún se juzgan las atrocidades de los regímenes comunistas, por lo menos en determinados ambientes culturales, políticos o mediáticos, en contraste con  la unanimidad en las condenas del nazismo.

Luis Ramoneda

Monika Zgustova. Vestidas para un baile en la nieveGalaxia Gutenberg.