Un ambiente pagano

 

Entre las obras de recopilación de artículos y conferencias, que se han ido editando a lo largo de los últimos años, que recogían los breves trabajos de investigación y las lecciones ocasionales dictadas por el entonces teólogo y cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe y, después, elevado al Solio Pontificio, con el título de Benedicto XVI, destaca sin lugar a dudas, el que ahora deseamos recordar: Ser cristiano en la era neopagana.

Verdaderamente, a la hora de escoger un texto que aporte claves hermenéuticas de calado para la evangelización cristiana en el mundo actual, podemos detenernos en este. En efecto: Ser cristiano en la era neopagana, es una compilación de discursos que provienen de ponencias y discursos pronunciados por el entonces cardenal Ratzinger a la asamblea de Rimini de Comunión y Liberación (CL) que, como es sabido, congrega cada año en esa localidad italiana, a miles de intelectuales y expertos internacionales, para buscar juntos la mejor manera de presentar el mensaje cristiano al mundo de hoy.

Precisamente, este trabajo, el título recoge muy bien ese espíritu evangelizador, de “Iglesia en salida”, que constantemente recuerda el papa Francisco, pues indica el afán de dialogar con el mundo del pensamiento para darle a conocer a Jesucristo y, a la vez, para responder a sus interrogantes. Es decir, cómo evangelizar en la situación actual de minoría cristiana y con la desconfianza de la modernidad. A la vez, el cardenal Raztinger, un infatigable buscador de la verdad (12), impulsa al cristiano a pensar, razonar y vivir con coherencia la propia fe, pues para catequizar hace falta haber conocido y tratado personalmente a Jesucristo. No pertenecemos a una religión del Libro, sino que somos por el bautismo, conocedores y seguidores de Jesús, de quien hablan las Escrituras. Así, pues, el objetivo es promover la Belleza, Bondad y la Verdad, de Jesucristo, trabajando calladamente, con la naturalidad de la coherencia, con la sonrisa de la categoría humana y sobrenatural del cristiano, con la paciencia del buen ejemplo. Es importante releer los argumentos de Benedicto XVI para recuperar la esperanza, la confianza en Jesucristo y en su doctrina salvadora, pues nunca pasará de moda la persona de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Así pues, estas palabras de Rimini, son importantes para reconocer la verdad de Cristo vivo, su atractivo inalterable, la belleza, la invitación al amor y a la grandeza de una vida en Cristo que toca hasta el hondón del alma.

La Iglesia se define como la comunión de Dios Padre con sus hijos los hombres, y entre sí, en Jesucristo, por el Espíritu Santo. No es, por tanto, un montaje, ni una democracia con valores caducos, sino una revelación de Dios a los hombres (16-17). El Espíritu Santo sacará lo mejor de mí, con mi colaboración (18): “Tenemos necesidad de una Iglesia más divina” (21). Precisamente la revista Communio que fundaron grandes protagonistas del Concilio para responder a los retos de la verdad (49), reflejaba bien ese gran descubrimiento del Vaticano II: la Iglesia es comunión (58).

 José Carlos Martín de la Hoz

Joseph Ratzinger, Ser cristiano en la era neopagana, ed. Encuentro, Madrid 2006, 205 pp.