Un modelo para el nuevo año

 

El comienzo del nuevo año es un buen momento para leer y compartir el extraordinario trabajo del filósofo y ensayista Max Scheler (1874-1928), acerca de los líderes y modelos, escrito y pronunciado primero como discurso oral, en el período entreguerras del siglo XX, cuando estaban surgiendo aquellos líderes que arrastraron a la humanidad al conflicto más cruel y extenso de la historia reciente.

Precisamente, en este breve pero intenso ensayo del filósofo subraya la preminencia e importancia de los modelos frente a los líderes. Con esa premisa, señalemos que el momento culminante sin duda de este interesante ensayo, tiene lugar cuando Scheler, ya metido en la tarea de la caracterización del modelo, se referirá explícitamente a Jesucristo, como el único y verdadero modelo universal para todos los hombres de todos los tiempos (pp.50-53).

Es precisamente, en esas intensas páginas, donde aparece con toda elegancia y categoría de un gran escritor, la energía, la fuerza de la fe del creyente, la íntima convicción del enamorado y la potencia intelectual del pensador y filósofo.

Inmediatamente, al hablar de Jesucristo en su esencia, como verdadero Dios y verdadero hombre, Scheler le aplica lógicamente las palabras de la Escritura pronunciadas por el mismo Jesús: “quien no está conmigo, está contra mí” (Mt 12,30). Y comenta enseguida Scheler: “No es de extrañar, pues porta el mensaje esencial del único Dios vivo (sea el mensaje sobre la esencia de Dios o sobre su voluntad) al que tiene un especial acceso por revelación, iluminación o comunicación de sí. Así como es un Dios, es también una persona a quien le comunicó de la manera más plena la esencia” (51).

La conclusión de nuestro autor, aunque consecuente y lógica, impresiona por su fuerza, claridad y nitidez: “El cristianismo es no solo la religión más perfecta, sino la religión absoluta”.

Enseguida añadirá: “el llamado carácter absoluto del cristianismo -esto es, la imposibilidad de ser superado por el desarrollo histórico posterior- pertenece a la esencia de la religión cristiana, pues únicamente a ella le corresponde el peculiar estar vinculado óntico, la peculiar conciencia de vinculación de Cristo con Dios”. La frase culmina con la célebre afirmación del filólogo clásico alemán Roscher (1845-1923): “Si Cristo fue simplemente un gran hombre (incluso el más grande de todos los profetas hasta entonces), entonces fue en realidad menos que esto, a saber: o un necio o un mentiroso”.

La conclusión final es bastante clara y expresada así, en un ensayo de filosofía o en una conferencia, parece una delicada invitación a la reflexión personal o a la apertura del alma a la gracia de Dios: “Como la fe es un acto libre de la persona, alguien puede decir; no creo en él. Pero quien cree en él debe creer también que Cristo es el centro de la historia universal. O no es, o es el centro del mundo. Por eso es la culminación de la revelación. Aquí el desarrollo es solo penetrar en su contenido” (51).

José Carlos Martin de la Hoz

Max Scheler, Modelos y líderes, ediciones Sígueme, Salamanca 2018, 154 pp.