Una nación tardía

 

El profesor Villacañas catedrático de filosofía de la historia de la Universidad Complutense de Madrid, ha coordinado un importante trabajo de investigación sobre el ser de España. La metodología y el rigor con el que ha sido realizado, significa una cuidada base histórica, que por lo que hemos comprobado es fundada, sería y meticulosa, gracias a un buen equipo de especialistas en cada una de las etapas de la historia de España, desde la Hispania goda hasta la actualidad.

El objetivo de esta obra en nueve volúmenes, del que ahora presentamos el primero de ellos, viene descrito en la amplia introducción que abre el presente volumen y en el que este equipo se propone demostrar que a Hispania lo que mejor la caracteriza es ser una “nación tardía”.

Con esa expresión se está afirmando, nada menos, que hasta la constitución de 1978, en realidad nunca habíamos tenido un verdadero y auténtico momento de solemne pacto social en un clima de unidad moral y política.

Ese es el motivo  por el cual el equipo investigador se remonta a los godos, nunca mejor dicho, pues en este volumen realiza una soberbia investigación acerca de si los godos lograron en Hispania unir toda la península en un solo reino.

De hecho, como sabemos y demuestra Villacañas, hay que esperar hasta el IV Concilio de Toledo y con San Isidoro en el 633, para que se impusiera el juramento de lealtad de todos los súbditos al rey, a la patria y a los funcionarios de los godos como regentes de la administración pública (93).

En cualquier caso, cómo explicará largamente este trabajo, estaba el problema de la sucesión del rey,  pues en la época de los visigodos, excepto el rey Leovigildo, ningún otro rey visigodo verá gobernar a su nieto. Y eso que desde Recaredo hasta el 711 ya eran Reyes de una sola mujer, sin poligamia, como correspondía al bautismo en la Iglesia católica (95).

Efectivamente, el que se rompiera habitualmente la sucesión paterno filial, conllevaba problemas patrimoniales, separación de los bienes de La Corona y los bienes de la familia del rey, diversas obediencias, etc. Además hasta el 621 con el rey Suintila (61), no se puede hablar de verdadera unidad política, pues hasta ese año no se expulsa a los bizantinos y todavía hay que hacer pactos con los  vascones y cántabros.

Además se tardará mucho en lograr una identidad unida religiosa en España entre católicos y arrianos, pues estos últimos no se convierten enseguida y en todas partes, y además siempre habrá judíos en España hasta 1492.  Así pues la nación tardía de nuestro autor queda demostrada en los godos, veremos el resto de los volúmenes para llegar al siglo XX.

 

José Carlos Martín de la Hoz

José Luis Villacañas, El cosmos fallido de los godos, ed., Escolar y mayo, Madrid 2017, 208 pp.