Una visita conmovedora



El Pontificado de Benedicto XVI se está desarrollando de un modo
conmovedor, con la paz del Espíritu Santo sus palabras, su entrega y sus obras
van calando en el corazón de los cristianos y de millones de hombres y mujeres
del mundo entero. Con su sencillez y humildad va trasmitiendo paz a los
corazones y luces a las inteligencias.


Su Encíclica Deus Caritas est sigue siendo una fuente inagotable para la vida de
oración y una luz constante para la aplicación a los problemas diarios de los
hombres. El va por delante con su donación continua y su incansable entrega a
Dios y a las almas.


Benedicto XVI ha realizado pocos viajes, pero todos muy
significativos; cargados de símbolos y de enseñanzas. Este de Valencia para
recordar al mundo que el futuro sigue estando, como desde hace XX siglos, en la
institución familiar. Es en el hogar donde los esposos dándose mutuamente
fundamentan su vida y alcanzan el amor de Dios y donde los hijos crecen
sanamente viendo quererse a sus padres y aprendiendo a amar.


Esta es la gran lección para un mundo desorientado. Hemos
nacido para amar, y sólo en el amor podemos realizarnos como personas. Y sólo
en una sociedad donde haya amor el hombre crece seguro. No basta la solidaridad
ni la justicia social. Todo lo preside la caridad.


El hombre aprende a amar en la familia fundamentalmente.
Después irá recibiendo lecciones a lo largo de la vida, pero siempre el amor
del hogar será su punto de referencia del que partirá y al que volverá. El
hogar al que siempre se vuelve.


La familia cristiana, como se ha podido comprobar en
Valencia es una familia grande: los padres, los hijos, los abuelos, los tíos, sobrinos,
los primos. Así se conjugan, edades distintas, situaciones en la vida, ámbitos
culturales, etc. Un modelo de convivencia basado en el amor que lleva a la
confianza y de la confianza al desarrollo.


Como tantos otros valores la Iglesia, y su voz visible,
el Santo Padre está con el hombre, con cada hombre. Por eso ha sido conmovedora
esta visita, en un momento muy duro para muchas familias, especialmente
valencianas, que han perdido tantos seres queridos estos días atrás en el
tremendo accidente del metro de Valencia. Ha sido conmovedor ver a
la gran Familia de la Iglesia consolando a sus hijos, con el
Santo Padre y recibiendo el calor y el aliento de familias del mundo entero.


El amor se construye sobre el dolor. Sólo ama mucho el
que ha sufrido mucho. Por eso la familia cristiana ha recibido estos días un
gran espaldarazo moral en Valencia. Hemos aprendo lo que es amar, viendo
consolar.



José Carlos Martín de la Hoz


Academia de Historia Eclesiástica




Para ampliar:


Encíclica "Deus
caritas est" de Benedicto XVI


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=4366