El profesor Bastero después de haber dedicado  treinta años de su vida al estudio e investigación sobre la Mariología y de haber redactado muchos libros y artículos científicos sobre la materia, nos ofrece un trabajo de madurez, sobrio, conciso y sereno sobre la vida de la Virgen María.

La piedad templada con la que está redactada esta obra remueve al lector y le ilustra con escogidas fuentes y autores citados, convirtiendo esta obra en un espléndido tratado sobre la Santísima Virgen.

El método seguido por el autor es sencillo: seguir el hilo conductor de las referencias marianas en la Sagrada Escritura y, al hilo de ellas, realizar un completo estudio de lo que ha dicho los Padres de la Iglesia, el Magisterio, los santos y los teólogos al respecto.

El resultado satisfacer  al lector y, en momentos, le conmoverá, sin dejar de señalar los puntos de vista que se han dado a lo largo de la historia sobre las cuestiones en las que nos falta datos.

Si algo debemos escoger entre las páginas de este libro sería las constantes referencias a la mirada de Maria desde la Anunciación: "Tras ese instante de silencio meditativo en el que Maria ponderó en su corazón las palabras del oráculo divino, ella decidió entregar todo su ser y toda su vida al Hijo del Altísimo que debía encarnarse en su seno" (94).

La piedad y la ciencia de este trabajo se vuelven poesía en el tratamiento del cruce de miradas entre Jesús y su Madre al explicar la escena del Niño perdido y hallado en el templo (220-221) y en las bodas de Caná (246-247).

En esa misma línea se explican las miradas entre María y José en las que se dicen todo: "María y Jose eran dos almas que latían al unísono, elegidas por Dios desde la eternidad con una predilección única y singular, y que, en su providencia ordinaria, hizo que coincidieran en el tiempo, para formar un hogar. Debían, pues, ser bastante semejantes entre sí en la plenitud de la gracia y de la virtud, en las aspiraciones del alma, en la finura del trato, en el amor por la pureza virginal y en la intima Unión de la mente y del corazón con Dios, vida de sus vidas" (81). Ella no duda y espera a que Dios hable. La mirada de José al ir a su casa a recogerla para llevarla a su hogar es una mirada de complicidad (121-122).

Esas miradas de José y Maria serán constantes, a lo largo de la vida en Belén, Nazaret y Egipto. En la vida cotidiana y común, se expresa el amor vivido: el alma se sabe mirada y mira a Dios con amor,

Esa mirada es el hilo conductor del autor: "Maria permanecía en la estancia, pero su corazón siguió junto a su Hijo, ayudándole y confortándole en esos momentos supremos" (292).

 Al final debemos recordar que de Maria  numquam satis y por tanto este tratado nos encenderá a seguir leyendo y meditando sobre la Virgen, el corazón de la Iglesia y de todas las familias. 

 

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Luis Bastero, Vida de María, ed. Ríalp, Madrid 2014, 383 pp.