Cruzada en Europa

Muchos libros se han escrito sobre la Segunda Guerra Mundial en sus distintos escenarios. “Cruzada en Europa”, publicado por primera vez en 1948, tiene la virtud de estar escrito por el Comandante en Jefe de las fuerzas aliadas en Europa, General Dwigt D. Eisenhower. Carece del dramatismo de otras publicaciones, pero tiene la ventaja de constituir una visión sistemática y ordenada de las operaciones militares en el escenario europeo y mediterráneo. Sin apasionar mantiene el interés del lector hasta el final. Al tratar del buen éxito de las operaciones bélicas y en comparación con lo que había sucedido durante la Primera Guerra Mundial, Eisenhower pone especial énfasis en la unidad del mando por encima de la división de los ejércitos según sus nacionalidades. Eisenhower se nos presenta como un hombre sencillo, que puso todo su esfuerzo al servicio del éxito militar, dejando de lado las consideraciones políticas. Le importaba rodearse de los mejores colaboradores y separaba del mando a cualquier oficial que no tuviese fe en la victoria; al mismo tiempo le preocupaba minimizar las bajas en el campo de batalla y visitar personalmente a las tropas. La responsabilidad como Jefe Supremo militar en Europa ni le hundió ni le endiosó, y supo en todo momento distinguir entre las responsabilidades políticas y militares. El Jefe del Estado Mayor Combinado, General Marshall, impulsó la carrera de Eisenhower y depositó en él una confianza casi ilimitada en todo tipo de asuntos; es interesante, por ejemplo, leer cómo éste consiguió atraer a la órbita de los aliados al ejército francés del norte de África, al que en un principio se había considerado enemigo. Eisenhower vivió la misma lealtad de acción respecto de Stalin y el ejército soviético, lealtad que se vio defraudada al término de la contienda.