Doctor Trueta

Biografía del médico e investigador Josep Trueta i Raspall. Nació en Barcelona en 1897 y se exilió en Oxford al finalizar la guerra civil española. Durante ambas contiendas (guerra civil española y segunda guerra mundial) se especializó en el tratamiento de las heridas. La técnica de Trueta evitaba las infecciones, la gangrena y las consecuentes amputaciones. Al final de la guerra mundial continuó en Oxford con su familia dedicándose a la ortopedia y a la investigación. Participó en actividades dirigidas a devolver la democracia a España y la libertad a Cataluña. En paralelo con la vida de Trueta la autora narra las desventuras de Cataluña durante y después de la II República y la guerra civil desde la óptica de los nacionalistas.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1980 Plaza y Janés
365
84-01-33122-6

Subtítulo: "Heroe anónimo de dos guerras". Incorpora en Apéndice I la relación de Profesores Universitarios Españoles residentes en el extranjero en 1939.

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Cuando uno abre este libro esperando leer la biografía de un médico, se encuentra con una narración política sobre Cataluña y el exilio catalán después de la guerra civil. Entre los exilados se encuentra el ya célebre doctor Trueta con su familia, lo que le facilita establecerse en Oxford. La autora adopta en su relato el punto de vista de los nacionalistas catalanes. Presenta una Cataluña oprimida por Franco aunque silencia que antes lo había sido por Felipe V, por el General Prim en tiempos de la reina Isabel II o por el General Anido en tiempos de Primo de Rivera. Cataluña se ve a sí misma “oprimida” por todos aquellos que gobiernan en España. Es el célebre “problema catalán” que, a decir de Ortega, “se puede sobrellevar, pero no resolver”. Esta obra lo presenta en estado puro. Las palabras despectivas que se recogen, algunas de boca de Trueta, hacia España y los españoles, nos hablan más de anti-españolismo que de anti-catalanismo. Aquí se encuentra también la célebre antinomia entre separatistas y separadores que creíamos posterior. Al comienzo del libro, siguiendo el pensamiento de Trueta, se plantea como solución una Federación de los pueblos Ibéricos que incluiría a Portugal. ¿Qué le habrá hecho Portugal a los catalanes? Conociendo a los “pueblos ibéricos” la Federación duraría tanto como la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que orquestó Rusia para mantener a Bielorrusia y Ucrania dentro de su ámbito de influencia. En realidad el libro parece inclinarse más por la independencia. En el Anexo II se contiene el llamamiento que dirigió Joan Casanovas desde París, el 23 de abril de 1939, para que a Cataluña se le fuera reconocida su soberanía e independencia. Han transcurrido treinta años desde que el libro se publicó y Cataluña sigue considerándose oprimida por España. Pero no es esto lo peor. Los españoles nos habíamos dado una Constitución para vivir en libertad e igualdad y debido a las exigencias de los nacionalistas la Constitución se ha ido modificando de hecho. Es hora de dar a Cataluña lo que desea y empezar de nuevo desde cero. En caso contrario los españoles –el resto de ellos- nunca sabremos si somos capaces de convivir en prosperidad y libertad. ¿Será verdad que treinta y seis millones de españoles vivimos de “chupar la sangre” a ocho millones de catalanes? En 1967, jubilado de Oxford, Trueta y su esposa regresan a Barcelona. La Fundación General Mediterránea propone la creación de un Instituto de investigación médica en Barcelona que estaría dirigido por el ilustre ortopeda. Severo Ochoa, desde los Estados Unidos, le aconseja que no se haga ilusiones, que a él le habían prometido algo similar en Madrid que nunca se llevó a cabo. Trueta trabajó en este proyecto durante dos años, hasta que en mayo de 1975 la Fundación le comunicó que no había conseguido la financiación necesaria por lo que el proyecto podía considerarse cancelado. Muy español todo. En Oxford el Hospital de Trueta se mantenía gracias a las contribuciones de un solo industrial. A raíz de la muerte de Franco el doctor fue recibiendo los honores que no se le habían concedido antes. Amelia, su esposa, había fallecido en 1975 y en noviembre de 1976 Trueta fue investido Doctor “honoris causa” por la Universidad Autónoma de Barcelona (ya lo era en Oxford hacía décadas). Fue su último acto público y en enero de 1977 el doctor fallecía en su ciudad natal. Un libro bien escrito y que vale la pena leer. La problemática que plantea sobre Cataluña sigue siendo actual no sabemos hasta cuándo.