Los privilegios del ángel

Celeste y Pakutxa se han hecho íntimas al comenzar la educación primaria. Corre el año 1973 y ambas asisten al Colegio Público Virgen del Mar, en Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa). Pakutxa tiene todo a lo que su amiga le falta, es alegre, atrevida..., en tanto que Celeste aspira a tener los privilegios del ángel: hacerse invisible y volar desde la escuela a los brazos de su madre.

Una leucemia fulminante se ha llevado a Pakutxa en pocas semanas y Celeste se siente perdida; su vida se va deteriorando progresivamente hasta que descubre en sí misma y acepta una rara enfermedad psiquiátrica.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2022 Destino - Booket
298
978-84-233-6148-9

Primera novela publicada por la autora, en 2009.

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Afirma Dolores Redondo que esta es una novela sobre el duelo provocado por la muerte. Al recordar su infancia señala como la muerte se lleva a los hombres del mar antes que a otros, ya sea por accidente o enfermedad. "Con cinco años lo había experimentado en mí". La novela está tan bien escrita como es enrevesada en su argumento. La autora la justifica con algo así como hacer la paz con sus raíces, con su localidad de origen. Sin duda, supone la ocasión para evocar Pasajes de San Pedro, en Guipuzcoa, desde el Colegio Público al colegio de monjas, el varadero y sus olores, las competiciones de traineras y el cementerio de la localidad.

El que haya leído otras novelas de la autora recordará como en la trilogía del Batzán la autora da vida a los personajes mitológicos de los vascos y en La cara norte del corazón es la brujería en Nueva Orleans (USA); en Los privilegios del ángel el agradecimiento es "A la diosa Mari, suyas son las tormentas y las buenas cosechas". Alguien afirmaba que los de San Sebastián son algo paganos, Dolores Redondo va en la misma línea. Esto no es óbice para que recuerde como en el Colegio Público celebraban el mes de mayo dedicado a María Santísima -las profesoras, eso sí, eran unas brujas- o como la protagonista se refugiaba en las iglesias porque en estas encontraba paz.

Los donostiarras también parecen ser de lo más extremista que hay; comienza Redondo afirmando que aborrecía su pueblo -"lo detestaba con toda mi alma" (pág.11), en tanto que para ella San Sebastián era "un lugar sagrado por el que valía la pena morir" (pág.238), y dedica la novela "A Donostia, mi ciudad: mientras me quede aliento maldeciré a Berwick y a Welington". Desconozco qué hicieron estos generales ingleses para merecer tanta inquina. De la misma manera, Celeste comienza deseando tener alas para volar hasta el regazo de su madre y termina odiándola: "La odiaba. Odiaba a mi madre con el instinto primario con el que los fetos abortados odian a la suya" (pág.176). La necesidad que tiene la autora de reservar la explicación de la novela para el final, conduce a estos extremismos que el lector no llega a comprender.

La vida de la protagonista es un auténtico rosario de desgracias; hija de un marino desaparecido en el océano, víctima de un colegio público ligeramente horroroso, pierde a sus amigas, es sospechosa de haber sido objeto de la atención inadecuada de un adulto, incurre en anorexia, le provocan un aborto a raíz del cual se separa de su madre, contrae matrimonio con un maltratador y pierde al hijo que desea, hay alcohol, drogas y un intento de suicidio en lo que Celeste llama una espiral autodestructiva, y, por encima de todo, la enfermedad psiquiátrica.

Nuevamente en el Prólogo, la autora justifica cierto tipo de desarreglos emocionales en base a la tendencia actual a evitar a los niños cualquier sentimiento de frustración. En mi infancia -explica la autora- era rara la pequeña que no había tenido que asistir a uno o más entierros; el luto en los vestidos ayudaba a tener presente que la vida se acaba; hoy escapamos de la amargura, del dolor, de la enfermedad y de la muerte (pág.15). Cuando Celeste pregunta a su amiga Encarna cómo la vé, esta le contesta que "la vé como un ángel, un ángel de luto" (pág.256).

Termino repitiendo lo que escribí al comienzo: se trata de una novela tan bien escrita como difícil en su argumento.