Mil días en Venecia

Marlena es una chef y periodista gastronómica norteamericana que viaja periódicamente a Italia. En 1989, cerca de la Plaza de San Marcos de Venecia, un italiano desconocido se dirige a ella para proponerle matrimonio. Cuatro meses más tarde Marlena ya ha vendido su casa de Saint Louis-Missouri, ha traspasado su restaurante y vuela rumbo a Venecia para contraer matrimonio con un empleado de Banca cincuentón, del que sabe pocas cosas pero que la ha enamorado.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Martínez Roca
313
978-84-270-3593-5

Además incorpora una serie de recetas de cocina bajo el título de "Cocina para un desconocido".

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Imagen de Azafrán

Es una historia que amalgama una relación afectiva entre un hombre y la protagonista con los placeres de la cocina italiana y la vida en Venecia.
Vivir una historia de amor y finalmente de matrimonio en Venecia es mítico. Amor a primera vista de un italiano por una norteamericana, periodista y chef, que realiza un trabajo durante unos días en la ciudad de las góndolas.
Resulta fácil de leer y sensual y atractivo para un público maduro. Qué mujer no sueña con el “amor” y mucho más cuando el primer matrimonio resultó un fracaso doloroso y decepcionante. Un sueño encerrado en el aislamiento temeroso de nuevos desastres.
La protagonista supera todos sus temores al fracaso y confía en este desconocido lo suficiente como para abandonar su vida, su trabajo, su país, su casa y a sus hijos y comenzar una nueva vida al lado de “ese desconocido de ojos color de arándanos”.
El italiano, Fernando, es católico por tradición. La visión de esta norteamericana, también católica, de la religión es superficial. Acepta casarse por la Iglesia Católica pero no parece participar de la vida moral que se espera de los católicos –abstinencia de relaciones sexuales antes de contraer matrimonio, confesión, etc.- No es que tenga nada en contra. Simplemente que centra su vida en la búsqueda del placer en su nueva relación afectiva y en el disfrute de la cocina. Los placeres culinarios.
Resulta una novela “rosa” sin complicaciones y agradable de leer. Describe sus relaciones con los habitantes de Venecia, relaciones principalmente establecidas en sus paseos por el mercado para obtener los ingredientes de sus recetas culinarias.
Tras la celebración de la boda, la pareja redecora el apartamento de soltero de Fernando y lo ponen a la venta. Deciden dejar Venecia y trasladarse a Toscana. Fernando presenta su renuncia en el banco donde trabaja y ambos desean comenzar una vida más “natural” como dueños de un hotelito en la costa mediterránea de Toscana (¿Orvieto?) donde poder deleitar a sus clientes con sus secretos culinarios.
Al final de la novela se incluyen algunas recetas utilizadas por la escritora a lo largo de la novela.

Imagen de enc

En este relato autobiográfico la autora destaca dos circunstancias: Venecia y el matrimonio. La autora ya ha cumplido cuarenta años. Ha fracasado en su primer enlace; su marido la abandonó dejándole dos hijos que hoy ya hacen sus vidas de forma independiente. Su pasión es la cocina. Por su parte Fernando, el futuro esposo, se acerca a los cincuenta. Tuvo una infancia y una adolescencia infelices y por eso dice que ha visto pasar la vida por delante de él sin comprometerse. Un día se enamora de un rostro por la calle y piensa que no puede dejar pasar esta oportunidad. El atractivo de la historia está en la capacidad de la autora para caricaturizarse a sí misma; a Fernando al que apoda “el desconocido”; y las costumbres venecianas que para una mujer vitalista y extrovertida resultan imposibles. Poco a poco consigue sacar a Fernando de su cascarón. Pone todo el cuidado en no cometer los mismos errores que arruinaron su primer matrimonio. Cuando llegan las crisis se dice a sí misma: “Me he casado para convivir con este hombre”. Inyectar ilusión e introducirse en las costumbres de un solterón empedernido no debe ser empresa fácil pero ella lo consigue. Ambos son católicos, pero no explica cómo pudieron casarse en la Iglesia dado que ella estaba divorciada. Probablemente su primer matrimonio fue solamente civil. Marlena de Blasi escribe muy bien y parece como si animara al lector a retomar con nueva ilusión su matrimonio. Por eso y por su nivel literario el libro resulta atractivo. La autora ha publicado también “Un verano en Sicilia”.