Nieve roja en diciembre

Países Bajos, 1552. Está a punto de declararse la guerra de los Ochenta Años y la joven católica Lideweij se enamora de un médico protestante. Pese a la oposición de su padre, elige el amor y huye con él. La pareja decide establecerse en Breda, donde el marido se convierte en el médico personal de Guillermo de Orange. Cuando el clima político cambia bajo el reinado de Felipe II, Lideweij y su familia se refugian en una pequeña ciudad donde confían en estar a salvo, hasta que un trágico destino los alcanza. Es tiempo de mujeres valientes y de luchar por todo aquello en lo que se cree.

Novela histórica enmarcada en el  XVI-XVII en los Paises Bajos.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Duomo Ediciones
454
9788417128920
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Imagen de Azafrán

Simone Van Der Vlugt, escritora holandesa, narra la historia de la independencia de los Países Bajos: Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Los tres países formaban parte de la Corona de España en tiempos del Emperador Carlos I de España (1500-1558), quien los había heredado por parte de su abuela paterna María de Borgoña. El Emperador Carlos creció en Gante y allí vivió hasta que fue llamado a ocupar la corona de Castilla tras enfermar Juana I de Castilla. Fue educado en Bélgica porque estaba llamado a convertirse en el heredero del Imperio Germánico, siguiendo la impronta de su abuelo paterno Maximiliano de Austria. Pero todo quedó trastocado con la muerte prematura de Juan, primogénito y heredero de los Reyes Católicos, y posteriormente, de su hermana Isabel, casada con el heredero de Portugal, y por si fuera poco, de la muerte del príncipe Miguel, apodado de la Paz, hijo de lsabel y del heredero portugués. Así fue como en Carlos confluyeron los reinos de media Europa.

Mientras vivió Carlos, los nobles flamencos y valones se sintieron unidos al monarca emperador. Pero al subir al trono Felipe II (1527-1598), empezaron a sentirse poco comprendidos, primero, y no identificados con la corona española, después. A eso se sumaban fuertes intereses comerciales y diferencias en cuanto a la nueva fe protestante, cuyos practicantes aseguraban ser los auténticos cristianos frente a los católicos papistas.

La novela describe muy bien el cambio de lealtades de los ricos comerciantes flamencos y valones que vieron en su independencia de España una nueva fuente de riqueza al eludir los impuestos debidos a la corona de España, así como, la independencia en el comercio con otras potencias cuyo interés podía no ser compartido por la política del Imperio Español.

Lo cierto es que para la autora, natural de los Países Bajos, elige como telón de fondo de su novela, la historia de las maldades militares con las que la corona española trató de subyugar a los flamencos y valones para que permaneciesen en el imperio. Y la encarnizada y desigual lucha de los burgos o ciudades  de los Países Bajos que se sumaron a la lucha por la independencia.

En el centro del relato un comerciante de paños viudo, con una hija única, enfermo de gravedad. Su hija acude a un médico que está de visita en Leiden, su ciudad. El médico, Andries Griffioen,  goza ya de cierto prestigio pues atiende a la familia del príncipe de Orange. Así pues, la hija del pañero, Lideweij, ruega al doctor Griffioen que visite en su casa a su padre gravemente enfermo. El doctor Griffioen consigue que el anciano se recupere. Y además, el doctor y la joven se enamoran, de tal modo, que cuando el anciano recobra la conciencia y se percata de que el doctor es protestante, amenaza a su hija con desheredarla. El anciano sabe muy bien que para el rey de España, la religión protestante suele ir pareja a la rebelión y a la lucha por la independencia de la corona española y no quiere que su hija llegue a padecer la venganza de los españoles.

Como la joven y el doctor huyen de Leiden, el anciano la deshereda y llama a su sobrino para que se haga cargo de la empresa.

La novela continúa con la vida del joven matrimonio Griffioen en otra ciudad, Breda, al servicio de la casa de Orange. Durante los primeros años de matrimonio, llegan sus tres hijas, la mayor de las cuales, Isabella, será la que cierre la historia con su regreso al hogar de su abuelo. Pero no adelantemos lo sucedido.

El médico no consiguió salvar a la esposa del príncipe de Orange en un parto muy dificultoso. El Príncipe se enfada y le retira su confianza. El matrimonio se ve obligado a abandonar su hogar en Breda, donde está la corte del príncipe de Orange e instalarse en Naarden, núcleo próximo a Amsterdam.

Ante la actitud díscola y desafiante de los nobles, Felipe II envía al Duque  de Alba, ya un anciano enfermo, que intenta sofocar la insurrección juzgando a los independentistas y protestantes en tribunales de la Inquisición y condenando a los relajados a la hoguera, al garrote o a otros tipos de muerte igualmente dolorosos.

El príncipe de Orange, a la cabeza de la rebelión independentista, halló apoyo en la Francia católica. La Francia que había luchado contra los hugonotes dentro de sus propias fronteras, pero que eligió apoyar a los protestantes de los Países Bajos como medio para debilitar a España, contra la que había perdido posesiones en la península Itálica: divide y vencerás.

El ejército del príncipe de Orange está formado por vagabundos y mercenarios venidos de Alemania. Se dedican a sabotear los barcos españoles y a hacerse con las mercancías. Cuando entran en las ciudades rebeldes saquean y violan más aún que los españoles.

En la novela de Simone Van Der Vlugt, la familia Griffioen muere en la toma de Narden. Todos excepto de la joven Isabella que tras ser violada por un soldado español consigue escapar y llegar a Amsterdam, y desde allí es ayudada por un comerciante de paños, de armas y de todo lo que necesitasen los tercios españoles, con tal de enriquecerse. Este comerciante facilita a Isabella su regreso a Leiden, a la tierra de su abuelo materno. Llega allí y se ofrece como criada en la casa de su abuelo que vive sus últimos días encerrado en una habitación mientras el sobrino y primo de Isabella, gestiona el negocio. Isabella consigue demostrar que es la nieta del fabricante de paños y, a la muerte de su abuelo, el testamento la señala como heredera de una empresa que parece hundida económicamente.

Isabella, ingeniosa como descendiente de uno de las más insignes comerciantes, saca la empresa adelante, supera el sitio que los españoles pusieron a Leiden y termina casándose con el comerciante sin escrúpulos que la ayudó a retornar a Leiden.

La novela de Simone Van Der Vlugt es un alegato en defensa de la libertad de los Países Bajos. Libertad política y religiosa, con el argumento de que los protestantes lo son porque quieren ser auténticos en su fervor por el primer cristianismo, mientras que los españoles solo defienden la religión de Roma como medio de mantener el Imperio.

La traducción de la novela ha sido publicada en Barcelona, en 2019. 

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La autora plantea una revisión del nacionalismo en Flandes y lde a disputa entre catolicismo y luteranismo en la segunda mitad del siglo XVI. Leer artículo >>