Pabellón de cáncer

Pabellón de cáncer (Alexander Solzhenitsyn): novela dura. Se narra la vida de los personajes de un hospital en el que todos están ingresados por padecer cáncer. Es entretenida, pero el modo en que está escrito hace un poco densa la lectura. Se pueden sacar muchas cosas, pero hay que prestar atención a su lectura para ello. La novela trasciende una verdad muy simple: la de que todos somos iguales ante la muerte. Los personajes son: un joven deportado con una gran capacidad crítica, en el que no cuesta reconocer al propio autor, y un funcionario miembro de partido y delator de los enemigos del régimen. En torno a ellos, todos los demás personajes, grotescos o tiernos, todos ellos enfermos, encarnan la evidencia de que el odio, el amor, el resentimiento, la envidia o las relaciones de poder y sumisión siempre tendrán, mientras haya vida, su razón de ser.

 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1971 Aguilar
368
1993 Tusquets
520
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
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Imagen de enc

Las novelas de Solzhenitsyn cuentan con un elemento autobiográfico, sobre la vida del escritor; un elemento testimonial, sobre la vida en la URSS bajo el estalinismo, y un elemento moral o ideológico. El autor (1918-2008), nacido después de la Revolución y educado en el marxismo-leninismo, con unas fuentes de información limitadas somete a crítica la vida en la URSS.

Es especialmente llamativa la conversación entre Kostoglotov y Shulinin en el pabellón del cáncer. Kostoglotov es figura del propio autor. Shulubin es un enfermo que va a ser operado al día siguiente y no cuenta con sobrevivir, por eso habla libremente. Se lamenta de haber vivido doblegándose ante exigencias en las cuales no creía. Tiene envidia de Kostoglotov porque éste, una vez condenado, ya no ha tenido que fingir sumisión al régimen. Hablan sobre el socialismo, doctrina oficial en la URSS. "¿Y cómo debería ser el socialismo? -pregunta Kostoglotov:

"Se dice que el socialismo debe ser democrático -responde el anciano-. Es una declaración que hace saber que las cabezas no rodarán por el suelo, pero nada dice sobre la base en que se ha de construir ese socialismo. Y no es la abundancia de bienes materiales en lo que ha de cimentarse el socialismo, porque si las gentes se comportan como búfalos patearán y destruirán esos bienes materiales" (pág.729). Shulubin defiende que los sistemas políticos no cambian la naturaleza humana. "La economía puede y debe basarse sobre una base ética" (pág.732). "Tampoco es recomendable el socialismo que incansablemente predica el odio, porque la vida social no puede basarse en el odio" (pág.730). Y concluye: "Habría que ofrecer al mundo una sociedad en la que todas las relaciones, los principios y leyes dimanasen de la moral" (pág.731).

No es fácil imaginar una sociedad en la que todas las relaciones estén basadas en principios morales; sería desconocer la naturaleza humana. Pero es reconfortante pensar que en los años cincuenta, en la URSS y bajo Stalin, hubiera quien se plantease una sociedad basada en principios morales y éticos. Hoy, en las sociedades llamadas libres, del bienestar, nadie se plantea si las relaciones se basan en ese tipo de principios. Y cuando se habla de ética siempre se trata de derechos, nunca de deberes.

Nos encontramos ante una novela de lectura lenta, pero no imposible, en la que los distintos personajes representan diversas formas de pensamiento en una sociedad no democrática. En una sociedad democrática lo extraño sería encontrar formas de pensamiento. Es más fácil escribir novelas policiacas.

 

Imagen de sara

"Pabellón de cáncer" es un libro denso, en el que se narra la historia de un enfermo que se debate entre la vida y la muerte. Las circunstancias de él y del resto de enfermos que está en su misma situación le ayudan a él y a sus compañeros a hacer una reflexión sobre su vida, a plantearse cosas que antes ni se lo imaginaban, a cuestionarse su comportamiento anterior, y a preguntarse que si viven cómo serán como personas y cual será su comportamiento con los demás. Porque el pabellón de cáncer cambia tanto a los enfermos, como a sus familiares, a los médicos, enfermeras...

El autor invita al lector a ponerse en la situación del protagonista, a que deje de pensar por un momento en cosas triviales y que piense en lo que realmente importa, en el sentido de la vida.

Lo que intenta es que pensemos en la muerte, ¿qué es? ¿sus consecuencias? ¿que hay detrás? Todos los enfermos, aunque cada uno con sus circunstancias, tenían algo en común: el miedo a la muerte, todo el mundo es igual ante él.

Los hombres religiosos lo ven como una esperanza hacia una vida mejor pero no dejan de sentir unos segundos antes ese miedo cuyo único compañero para ellos es su fe.

El escritor ruso hace una reflexión sobre lo que es para una persona tener una enfermedad terminal y lo que cambia físicamente, por supuesto, pero lo mas importante para ella es como cambia en su interior, en su manera de pensar, y de actuar con ella y con el resto de las personas.

Y también como cambia el resto de las personas a su alrededor con respecto a él.

El escritor ruso toca todos los temas: transcendentales, y realistas, es decir, lo que todas las personas piensan alguna vez en su vida, es decir, cuando esta se acaba. ¿en que pensarías un minuto antes de morir? ¿en quién? ¿de qué te acordarías? ¿qué cambiarias si te dejasen veinticuatro horas más?