Vestido para la muerte

En una zona pantanosa junto a la laguna veneciana ha aparecido un cadaver. Lleva un vestido rojo brillante y unos zapatos de tacón, de fiesta. Se trata de un varón. La autora nos introduce en el mundo de la prostitución homosexual y en el fenómeno trans.

En pleno mes de agosto, en una Venecia invadida por los turistas, el comisario Brunetti se esfuerza por investigar el crimen; investigación que otros se esfuerzan en dar por cerrada y en la que nada es lo que parece.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002
2006 Seix Barral
288
978-84-3222-838-4

Original de 1994.

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La novela trata sobre la corrupción en Italia en las últimas décadas del siglo pasado. La autora menciona a los ministros y ex-ministros acusados de enriquecimiento ilícito. Otros sujetos -el avocato Santomauro- disfrutan de tan alta consideración y de tan excelentes relaciones sociales que es impensable que sean sospechosos de algo. Santomauro es abogado vaticano y presidente de la Liga por la Moral, una estupenda máscara que le permite involucrarse en todo tipo de inmoralidades públicas y privadas. Se trata de un sarcasmo de la autora que, nacida en Nueva Jersey (EE.UU.), es capaz de sorprenderse ante ciertas contradicciones de la vida italiana.

Vestido para morir demuestra lo rápidamente que han evolucionado nuestras sociedades en las últimas décadas, y no siempre para bien. Donna Leon denuncia cómo personajes encumbrados esconden prácticas homosexuales: "En ciertos medios de la sociedad -escribe- se llama conducta irregular a la sodomía y mala gestión al asesinato" (pág.283). Hoy, la autora podría ser acusada de homofobia por calificar como irregular la sodomía, y tampoco está muy claro que pudiera utilizar esta palabra que puede considerarse denigrante.

Como detalles positivos podemos mencionar de qué manera la autora, con unas pocas pinceladas, evoca la ciudad de Venecia en verano y el entorno en el que se mueve el comisario Brunetti. Nos encontramos ante una novela muy conseguida, entretenida, y que hoy podríamos considerar políticamente incorrecta.