Historia de una amistad



El célebre ensayista Safranski
después de publicar una extraordinaria biografía sobre Schiller, se adentra a
describir la amistad que mantuvieron Goethe y Schiller entre 1794 y 1805, es
decir en uno de los momentos de mayor creatividad literaria de Alemania.


El encuentro de ambos liiteratos
y la peculiar empatía que surgió entre ellos propulsó
en ambos una nueva creatividad. Evidentemente se mantendrán punto
de vista diferentes
acerca de la función del arte y de la literatura, pero
su amistad les hizo escribir grandes obras literarias que perduran en la
actualidad.


No en vano, como subrayará Safranski.
"A finales del siglo XVIII Jena será por breve tiempo la primera sede del
romanticismo y del idealismo alemán" (p.70). De hecho, en esta obra, junto a los
protagonistas, son otros los nombres que participan en ella: Homboldt, Kleist, Novalis, los hermanos Schlegel,
etc.


Aunque el autor refleje la amistad y las influencias
mutuas de Schiller y Goethe, la mejor caractereización
es la de Schiller,
quien afirmaba en su apasionamiento
vital y enfermizo: "Tengo que poder ser enteramente artista o dejar de existir"
(p.72).


La otra línea de fuerza de este trabajo la resume el
autor con estas palabras: "Naturaleza es, junto con genio, la otra palabra mágica
de la época. Ambos
términos forman una unidad y se oponen a lo artificial y a la coacción. El genio no
se atiene a reglas, sino que se da a sí mismo algunos que brotan de la propia
naturaleza creadora" (p.24).


Respecto a la mutua influencia señala safranski:
"Schiller contribuirá a que Goethe encauce los sentimientos mediante las leyes,
y Goethe protegerá a Schiller de los peligros de la abstracción" (pp. 109-110).


La muerte de Schiller, como no podía ser menos, ocupa un
espacio importante es la presente obra. Así al llegar a 1805 escribe: "Goethe actuaba
frente a su amigo de acuerdo con el principio de que la muerte no puede tener
ningún poder sobre la vida, mientras ésta continua, y la vida es actividad.
Pero presentía que iba a perder pronto al amigo" (p.287).


Y añade: "En los últimos años de su vida, Goethe pasó de
lleno a glorificar la imagen de Schiller. Conservó como un santuario todo lo
que le recordaba a él, no sólo su última carta" (p.300). Finalmente el trabajo
se detiene en las palabras que el propio Goethe anotó sobre Schiller: "Por
diferentes que fueran las respectivas naturalezas, nuestras direcciones iban
hacia un punto en común, que hizo tan íntima nuestra relación, a saber, que en
el fondo ninguno podía vivir sin el otro" (p.301)


Las pocas anotaciones acerca de la fe en ambos autores
explican en gran parte los enfoques de sus respectivas obras: "Para Schiller,
como para Goethe, el Dios cristiano es un fantasma bastante desagradable,
compuesto de angustia y sentimientos de culpa" (p.61).


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Rüdiger
SAFRANSKI, Goethe y Schiller.
Historia
de una amistad, ed. Tusquets, Barcelona 2011, 340pp.