ETA

Una novela sobre dos jovenes etarras llenos de fábulas sobre la independencia vasca. ETA abandona las armas pero ellos siguen por su cuenta. Viven engañados y se organizan por su cuenta. Son sufridores idealistas contemplados por la ironía punzante del autor.

La jueza Isabel Robledo se sabe vigilada por ETA después de haber condenado a varios borrokas, por una acción con cócteles molotov que ha causado dos muertos. Solo uno de ellos, justamente el instigador de la acción, ha logrado huir a Francia y allí trata de escalar puestos en la banda organizando crueles atentados en España. En su momento -año 2001- cruzará otra vez la frontera hacia el sur para atentar contra la jueza que había condenado a penas de cárcel a los compañeros de su pandilla.

Información proporcionada por ETA sobre el asesinato del Presidente de Gobierno, almirante don Luís Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973.

Los miembros que formaban parte del comando relatan su preparación y ejecución a una periodista -Eva Forest- que publicará el libro bajo pseudónimo. Se acompañan diversos documentos de ETA en los que la banda reivindica y justifica el atentado. Uno de los presentes afirma que, a partir del asesinato del Presidente del Gobierno se produjeron numerosas incorporaciones a ETA.

Mikel Azurmendi había ingresado en ETA como forma de oposición al régimen de Franco. Corrían los años 60, ETA todavía no mataba y él estaba en contra del asesinato como forma de actuación política.

En 1967 se exilia en Francia donde cursa estudios de Filosofía en la Sorbona de París. Paulatinamente abandona ETA, el nacionalismo, el marxismo y comienza a escribir a favor de los derechos humanos y especialmente del respeto a la vida.

Crónica sobre el nacimiento de ETA, sus hombres, fundamentos ideológicos y divisiones internas. Comienza aproximadamente en 1958 y alcanza hasta 1973, año en el que la organización terrorista atentó contra el Presidente del Gobierno español, Almirante Carrero Blanco, eliminándolo.

El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes?

'Somos cómplices de lo que nos deja indiferentes', señalaba George Steiner. Cuando el testigo del abuso y la violencia mira hacia otro lado, cuando prefiere no ver ni saber, cuando esgrime el 'algo habrá hecho', cuando una vez pasada la violencia exige el olvido, y cuando este testigo representa a una mayoría, nos encontramos ante una sociedad enferma. Lo hemos visto en nuestro país con las heridas de la guerra civil, también en otros conflictos europeos, como la guerra de los Balcanes, o la Irlanda del IRA. Y la historia se repite.

Se trata de una impresionante y sumamente esclarecedora entrevista-testimonio, en 170 páginas en la que el ex-ministro del interior transmite sus experiencias de primera mano sobre el “problema vasco”.

Obra parcialmente autobiográfica donde se exponen de una manera atrayente diversas pinceladas sobre los orígenes del nacionalismo vasco, el terrorismo de ETA y los movimientos realizados hacia la exclusión de parte de la sociedad en Vascongadas. Especificamente el autor describe de forma introductoria y divulgativa su particular visión sobre la "transferencia de sacralidad" política, la creación del mito de la "resistencia" y los fantasmas que todavía subyacen a ciertas mentalidades políticas izquierdistas.

Mikel Lejarza, Lobo, fue captado en 1974 por los servicios de inteligencia con una misión muy concreta: infiltrarse en Eta. Gracias a él se desmanteló en 1975 la cúpula de la organización etarra. Lobo, un espía vocacional, ya estaba quemado en el País Vasco y con el tiempo fue siendo abandonado por los distintos gobiernos, pero abrió sus intereses en otras direcciones, no siempre legales, pero en contacto con los servicios de inteligencia.