Lo importante es el día a día, ser consciente de que el "problema" no es el viejecito que tengo en casa, el problema soy yo que no consigo ser paciente, amable, comprensivo…
He leído
el último libro del Papa, "La
infancia de Jesús", y no puedo entender que haya un solo periodista o
articulista que encuentre en sus páginas la idea de que Ratzinger pretenda
quitar la mula y el buey de nuestros belenes, cuando lo que hace precisamente
es defender el sentido teológico que tienen.