El camino de la felicidad

«Desgraciado» significa no sólo «sin suerte» o «cargado de calamidades», sino también «sin gracia», sin unión con Dios. Una vez que se aprende a agradecer, se es agradecido con todos y para siempre. Comenzar con el agradecimiento debido a Dios es ir al verdadero principio de las cosas. Sólo la gratitud nos va a permitir poner una sonrisa en lugar de un rictus de amargura. Sólo ella nos hará capaces de enjugar nuestras lágrimas y de hacer lo mismo con el que llora a nuestro lado. El agradecimiento es la salud del alma, la fuente de la paz y, también, el fundamento de la justicia.
El sacerdote y autor Santiago Martín se sirve del ejemplo de diez personalidades de diferentes épocas para analizar con detenimiento el agradecimiento cristiano desde muy diferentes vertientes, lo que convierte a este libro en una obra de gran utilidad que nos ayuda a ampliar conocimientos dentro de un área que tiende a dejarse de lado en la enseñanza de la religión.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2007 Planeta. Testimonio
380
978-84-08-07106-8
Valoración CDL
3
Valoración Socios
0
Sin votos
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4
Género: 

Comentarios

Imagen de wonderland

Una de las características del cristianismo es la alegría. Lewis tituló el relato de su conversión “cautivado por la alegría”, y el mismo Señor dijo que nadie nos podría quitar la alegría. No cabe duda, por lo mismo, que el cristianismo no sólo ofrece la felicidad eterna sino que responde también a las necesidades del hombre en todos los aspectos. Jesús sana totalmente al hombre. Por eso no nos sorprende que el autor haya subtitulado este libro: “El agradecimiento como terapia de sanación espiritual”.

Santiago Martín nos indica que la desazón que embarga el corazón de muchos hombres desaparecería si descubrieran el camino del agradecimiento. Para ello nos propone contemplar las maravillas de Dios y reordenar de esa manera nuestra vida. El acto central del catolicismo es la celebración de la Eucaristía, palabra que significa “acción de gracias”. En esa liturgia encontramos resumida la actitud central de la Iglesia y del hombre. Hemos de dar gracias porque lo mejor que nos ha sucedido nos ha sido regalado. Desde el hecho de existir hasta la realidad inmensa de que nuestros pecados sean perdonados por Dios. Dios nos gana siempre en generosidad y nuestro corazón sería feliz si encontrara el camino del agradecimiento.

El autor ha dividido la obra en tres grandes apartados centrados en las Personas de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Camina continuamente al hilo de los Evangelios y del Catecismo y ha incluido dos bellos apéndices. Uno está dedicado a la Virgen María y otro a los santos, donde también incluye al siervo de Dos Juan Pablo II, a Chiara Lubich y al sacerdote español Martín Descalzo.

Este libro puede servir muy bien para alcanzar el sosiego del corazón y descubrir el secreto de la verdadera felicidad.