Cuando silbo

De vuelta a casa tras un viaje de negocios, Ozu se encuentra casualmente con un antiguo condiscípulo de la Escuela Secundaria Nada al que apenas recuerda. La breve conversación que mantienen sobre algunos momentos vividos y las personas a las que trataron en aquella época despierta en Ozu imágenes de un tiempo de inocencia, amor incondicional, ilusiones épicas y amistad inquebrantable junto a su amigo Fletán, un muchacho desastrado algo mayor que él y con el que entabla una relación que no había buscado. A pesar del carácter distinto de uno y otro y el poco atractivo que despierta Fletán en los demás por su aspecto descuidado, sucio y simplón surgirá un lazo de leal amistad entre los dos que ni la muerte conseguirá deshacer.
Con poco ánimo para el estudio, sin más preocupación que las trastadas y ocurrencias en la escuela, Fletán se verá empujado a acciones descabelladas y a deseos de superación que sorprenden a su amigo Ozu cuando Aiko, una joven estudiante de la Escuela Femenina, se cruza en su camino cuando los dos muchachos regresan de la escuela.  A pesar de que desde el primer encuentro los dos amigos se enamoran de Aiko, no despertará aversión entre ambos cuando Ozu se da cuenta del gran amor que Fletán alberga por la joven en su corazón.
Esta época que ahora evoca Ozu le llevará a un tiempo que la guerra se encargaría de enterrar bajo una pesada losa sobre la que se asentaría una nueva generación más escéptica, egocéntrica y ambiciosa donde la amistad surge en aras del interés personal, el amor solo busca el placer y la épica de la vida se centra en subir peldaños hasta alcanzar el máximo poder. Tristemente Ozu contempla cómo su hijo Eiichi, fruto de esa nueva generación, no es capaz de comprender que el camino para alcanzar la felicidad y la paz de espíritu no es otro que aquél donde el deseo es el de amar incondicionalmente,  que el anhelo del para siempre lleva serenidad al alma y  la superación de uno mismo y la lucha por ser mejor persona surge de la generosidad hacia el otro.
Las propias experiencias vividas por el autor y que plasma de alguna manera en la novela hace que los personajes y las situaciones sean más reales y cercanos. Refleja de forma serena y sin pretender emitir un juicio severo las costumbres japonesas demasiado duras y exigentes donde las personas son tratadas en ocasiones como si no tuvieran alma. Sin entran demasiado en las situaciones de guerra no deja de reflejar los extremos del ejército japonés sobre sus soldados que les llevaría a una lucha sin escrúpulos y les acarrearía una derrota humillante.
Una novela deliciosamente sencilla  donde la inocencia, la amistad y el amor incondicional se proclaman abanderados de una vida plenamente lograda.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Ático de los libros
284
9788493971915

 1ª Edición: 1979 

Traducción de Vicky Vázquez

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Comentarios

Imagen de acabrero

Decepción. Es mi impresión y me doy cuenta de que el problema es oír hablar muy bien de un libro, si este resulta no ser una maravilla. Con todo el respeto que me merecen expertos como cattus o Pipa, no puedo menos que disentir, aun sabiendo que habrá a mucha gente que le guste. Me ha resultado intrascendente. Me ha costado seguir con la lectura en algunos momentos. La técnica de la comparación de dos generaciones no me parece original y tampoco excesivamente conseguida. Imagino que tiene un problema de traducción, pues hay errores o pasajes que no se entienden. Pero el lector puede tener en cuenta este comentario o bien los otros dos anteriores y en este caso se la leerá. Yo no daría un euro por comprarla.

Imagen de Pipa

La novela trata de dos generaciones dentro de una familia japonesa con muy distintas mentalidades.- La del padre, Ozu, su amigo Fletán y Aiko -el amor de ambos cuando eran adolescentes- quedaría marcada por la Segunda Guerra Mundial, donde fallecieron entre otros Fletán y el marido de Aiko. Es una generación en la que valoran la amistad, el respeto, la familia, la lealtad, la conciencia recta sobre los actos, la responsabilidad. Está llena de humanidad.- La siguiente generación, la de su hijo Eiichi, médico, está marcada por una ambición por el triunfo a toda costa, el poder, el dinero, la pedantería, el complejo de inferioridad (contra su padre que, según él, es un "don nadie" que nunca le ha ayudado a encumbrarse como hacen "otros padres"), envidioso... todo a cualquier precio y sin ninguna consideración ética, sin apego (más bien todo lo contrario) hacia las tradiciones.- El conflicto se agudiza cuando Eiichi ha de atender a Aiko de un cáncer, y la utiliza como conejillo de indias, para probar un nuevo fármaco que podría lanzarle a la fama, a la cumbre de su carrera en el hospital.- El ambiente de trabajo es de rivalidad y odio....-

La novela se desarrolla en quince capítulos mediante los cuales se alternan los recuerdos de la infancia y juventud de Ozu, y el presente de su vida familiar en Tokio, incluyendo la actividad de su hijo en el hospital universitario. Endo va estructurando con acierto la trama, sabe crear la ambientación y el tono adecuado a cada situación, sin caer en el melodrama.

Los contrastes entre ambas generaciones son enormes. Y afectan a las relaciones laborales, sociales y familiares.- Vale la pena leerla. No obstante, su lectura puede dañar en algunos lectores la imagen de los profesionales médicos, a causa del comportamiento poco ejemplar de Eiichi y su entorno, "profesionales" de la medicina con planteamientos materialistas e inhumanos, interesados, que les importa poco o nada los sentimientos, manipulando a la gente a su antojo, quitándose de en medio a quienes no piensan como ellos. Mintiendo, si para ellos es necesario. No tiene porqué ser lo general. Evidentemente también aparecen otros médicos, como Tahara, más vocacionales y entregados.

Endo escribe muy bien. Pero en esta ocasión es posible que le faltara asesoramiento médico de lo que se hacía en esos años.- Su formación católica se nota en la novela por el trasfondo en cuestiones de conciencia en un ambiente pagano radical. Por eso emociona el personaje del padre y su manera de entender la vida, llena de valores y lealtades, en contraste con el hijo que va a la deriva.

Imagen de cattus

Excelente novela. Las tensiones en una familia entre dos generaciones, la que padeció los efectos de la Segunda Guerra Mundial y la que apuesta por el bienestar y el triunfo a toda costa. Magníficas las figuras de Ozu, el padre, su amigo Fletán y Aiko, el amor de su adolescencia, con el que Ozu se encontrará años más tarde, por ser paciente de su hijo Eiichi, buen médico, que para alcanzar el éxito no duda en hacer daño a sus rivales o en usar a enfermos como conejillos de indias para lograr un nuevo fármaco que le dé fama. El autor va jugando con el pasado y el presente, se nota su larga experiencia como enfermo en hospitales, pero sobre todo hay que destacar el valor de la amistad, de la conciencia, el respeto a los difuntos... Una gran novela en la que se nota la huella del catolicismo en la vida del autor. Lenguaje sencillo y claro, con una excelente ambientación.