Una España mejor

Reflexiones del autor sobre la política reciente en España y recuerdo de los años en los que ejerció la Presidencia del Gobierno entre 2011 y 2018. Aunque Rajoy no lo plantee de esta forma, hay una cierta apología de su labor como gobernante y afirma que dejó una España mejor de la que le fue entregada.

Le antecede una breve explicación sobre cómo el autor se introdujo en la vida política y sobre los años en los que ejerció como jefe de la oposición, durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.

El autor presta la máxima atención a lo que llama el no rescate o supervivencia de la economía española en medio de la crisis europea y mundial, cuando muchos pedían el rescate y tutela de España por las instituciones de la Unión Europea. También se explaya sobre el intento secesionista del Gobierno de Cataluña en 2017.

 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Penguin Random House Grupo Editorial S. A. U.
381
84-01-02273-9
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Con el modo de ser que le caracteriza manifiesta que este libro responde solo a la voluntad de contar su historia y vivencias desde la responsabilidad en tiempos difíciles, y con un hito importante por el relevo de la Jefatura del Estado. No ofrece recetas de resistencia ni presume de los logros alcanzados, que no son pocos, aunque algunos no se lo reconozcan. Leer artículo >>

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Cuando José María Aznar designó a Mariano Rajoy como su sucesor al frente del Partido Popular, muchos pudieron preguntarse qué habría visto en él. En 2004 Rajoy pierde las elecciones frente a José Luis Rodríguez Zapatero y Rosa Díez puede decir que han coincidido el peor Presidente del Gobierno con el peor jefe de la oposición. Al final de la Presidencia de Zapatero España se encuentra en plena crisis y el Partido Popular gana las elecciones. Aquí comienza el relato.

En los capítulos 2: "La España que nos encontramos", 3: "El empleo, mi principal compromiso" y 4: "El no rescate", el autor desarrolla su esfuerzo por sacar a España de la crisis económica, financiera y de empleo. Se muestra agradecido a los líderes europeos y especialmente a Angela Merkel, de la cual dice que "ha encarnado los mejores valores de la política: trabajo, honradez, solidez, fiabilidad y eficacia" (pág.180).

Posiblemente el capítulo más interesante sea el número 5, que lleva como título "Europa también estuvo en riesgo" (págs.170-211). El autor aborda el euroescepticismo, los populismos, la inmigración masiva y el Brexit. "Europa es una construcción moral, un proyecto hecho para la paz" -escribe.

Cuando Rajoy trata sobre el referendo que dio lugar al Brexit en Gran Bretaña, analiza con carácter general los requisitos que han de reunir estas consultas, pero el lector puede fácilmente trasladar sus palabras al pretendido referendo sobre la independencia de Cataluña. De ahí el autor pasa a tratar sobre los nacionalismos, que "hoy podríamos definir con más precisión como fanatismo identitario o extremismo populista" (pág.209). El criterio de Rajoy coincide con el que un día manifestó Ortega y Gasset: "A veces es mejor convivir con esas discrepancias, por incómodo que resulte, que buscar soluciones definitivas a problemas que no las tienen" (pág.206).

En los capítulos 6: "Queda para la historia" y 7: "Nuevos tiempos, nuevas políticas" el autor trata sobre la sucesión a la Corona, el fin de ETA, el pluripartidismo y la corrupción en el Partido Popular: "La corrupción ha sido nuestro talón de Aquiles, el único instrumento de nuestros adversarios políticos" (pág.258) y añade: "Me equivoqué defendiendo a personas que sinceramente creía inocentes" (pág.269). Sobre las elecciones de 2016, frente a Pedro Sánchez, confiesa que le hubiera gustado presidir un Gobierno de gran coalición PP-PSOE pero que no fue posible.

Los dos últrimos capítulos, 8: "El debate territorial" y 9: "El artículo 155" tratan sobre la crisis independentista en Cataluña. El autor reclama lealtad y racionalidad: "Consensos en los asuntos de Estado, lealtad institucional, legalidad democrática y racionalidad" (pág.301). Señala como "nuestra voluntad y nuestros sentimientos no pueden ser las únicas guías de nuestra conducta" (pág.211); y concluye afirmando que "un Estado descentralizado solo puede funcionar satisfactoriamente bajo el principio de la lealtad" (pág.306).

El autor no descalifica a sus adversarios políticos, frecuentemente ni siquiera los identifica, pero en el capítulo 1 que lleva por título "Dedicado a la política" denuncia la conducta de "descalificación y destrucción personal del adversario" (pág.37) que deja reducida la vida política a "una pugna teatral entre dos males: la descalificación y la propaganda" (pág.38).

El libro vale más por los principios políticos que contiene que como relato histórico, y exige una lectura reposada.