Una explicación doctrinal sobre el lugar que ocupan los pobres y la pobreza en la vida y doctrina de Cristo, así como en la historia de la Iglesia.
En la introducción escribe el papa León XIV: "En continuidad con la encíclica Dilexit nos, el papa Francisco estaba preparando una exhortación apostólica sobre el cuidado de los pobres y con los pobres, titulada Dilexi te, (...) me alegra hacerla mía añadiendo algunas reflexiones (...), que todos los cristianos puedan percibir la fuerte conexión que existe entre el amor de Cristo y su llamada a acercarnos a los pobres" (núm.3).
El título Dilexi te está tomado del libro del Apocalipsis, cuando el Espíritu se dirige a la iglesia de Filadelfia, en Asia Menor, para confortarla: "Entenderán que yo te amo" (Ap.3,6). Subtítulo: Sobre el amor hacia los pobres.
| Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
|---|---|---|---|---|
| 2025 | Editorial San Pablo |
128 |
978-84-285-7457-0 |
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No es fácil interiorizar el
No es fácil interiorizar el mensaje que nos hacen llegar con esta Exhortación Apostólica los pontífices Francisco y León XIV; posiblemente sea algo que haya que hacer paulatinamente y en oración. Tampoco, en su día, resultó fácil comprender las palabras del papa Juan XXIII cuando habló de una Iglesia de los pobres. ¿Qué pasaba con los que no considerábamos pobres? ¿Estában fuera de la Iglesia?
El hombre es en sí mismo un ser indigente, sujeto a la enfermedad, destinado a la muerte, que experimenta el dolor, el cansancio, la soledad, la ignorancia y el error moral; por eso, los conceptos de pobres y de pobreza han de considerarse en su sentido más amplio. Lo recuerda Dilexi te cuando afirma que "deberíamos hablar de los numerosos rostros de los pobres y de la pobreza, porque se trata de un fenómeno variado; existen muchas formas de pobreza" (núm.9). Reducir, como en ocasiones se ha hecho, la pobreza a sus aspectos materiales y económicos constituye un riesgo que a algunos ha llevado a apartarse de Dios y de la fe cristiana.
La pobreza tiene, al menos, un doble sentido negativo y positivo. Negativo en lo que tiene de sufrimiento, ya que Dios no desea nuestro dolor. En el aspecto positivo, hay que hablar de la pobreza como vocación, una vocación que han seguido muchos a lo largo de la historia: la decisión de acompañar a Jesucristo en su pobreza. Por último, hay que detenerse en la pobreza como virtud individual, ésta corresponde a los que viven en medio del mundo con la mirada puesta en el Cielo, sin apegarse a los bienes terrenos. Ellos acompañan su pobreza con las virtudes de la generosidad, la compasión y la justicia.
Cuando los discípulos de Juan Bautista se acercan a Jesús para preguntarle si Él es el Mesías que había de venir, o tenían que esperar a otro, Nuestro Señor les responde señalando un signo mesiánico que había vaticinado el profeta Isaías: "Los pobres son evangelizados"(Is 61,1). Pero ¿quienes son estos pobres de los que habla el Señor? Entiendo que son todos aquellos que están abiertos a recibir la Palabra de Dios y a ponerla por obra. Es el caso de Zaqueo -"hombre rico y jefe de publicanos"- del cual dice Jesús: "También éste es hijo de Abraham" (Lc.19,2). Igualmente, podemos pensar en los dos ladrones que fueron crucificados juntamente con el Señor, uno se abrió a la esperanza del Cielo mientras que el otro se mantuvo en su rebeldía.
La exhortación Dilexi te recuerda las palabras del papa Francisco cuando, poco después de ser elegido Sumo Pontífice, exclamó: "¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!" (núm.35). Todos podemos y debemos vivir una mayor generosidad y espíritu de renuncia en nuestras vidas, pero nuestra Iglesia con carácter general es pobre; es la Iglesia de santa Teresa de Calcuta y de las Misioneras de la Caridad, de tantos sacerdotes y religiosos en Asia y África, de los cristianos que sobreviven en ambientes peligroso y adversos, de las ancianas que rezan en los templos, de las familias numerosas. Los que no nos movemos en esos ambientes deberíamos dar nuevos pasos para vivir la pobreza, y eso es algo -creo yo- que debe ser trabajado en la conciencia de cada uno de los cristianos.
No hay mejor medio para
No hay mejor medio para enfocar bien el Jubileo de los pobres que el papa León XIV quiso celebrar en noviembre de 2025. «Te he amado» (Ap 3,9). Así comienza la Exhortación Apostólica Dilexi te, del papa León XIV, que se centra en el amor incondicional hacia los pobres y recoge un proyecto heredado del papa Francisco. El título evoca la voz de Cristo que se dirige a la comunidad cristiana e invita a redescubrir el vínculo inseparable entre la fe y la cercanía con los pobres.