La muerte es un asunto solitario

El excelente Bradbury de Fahrenheit 451 y los relatos de ciencia-ficción vuelve a sobresalir en esta novela –publicada en 1985-, que supone una incursión del escritor norteamericano en el género negro, como homenaje a Chandler, Hammet y Macdonald. Su sello personal consigue convertir un amasijo de crímenes y de terror en una profunda indagación sobre la soledad humana, que lleva aparejada consigo la muerte. El escenario elegido es Venice –la Venecia californiana- a mediados de siglo, en plena destrucción de un muelle que borra también las huellas del pasado: las excavadores pulverizan un viejo parque de atracciones y un cine, testigo en otros tiempos de las grandes películas del cine mudo. Alrededor se mueven solitarios empedernidos y comienzan a sucederse los crímenes. Un escritor de relatos policiacos y un detective que también escribe a escondidas vivirán su particular aventura en busca de testigos, huellas y asesinos, con la duda inquietante salvar a las futuras víctimas. La fuerza expresiva de Bradbury, repleta de imágenes sorprendentes, humor e ingenuidad, logra transformar lo sórdido en material poético y auténticamente humano, como antes lo hiciera con los marcianos o los devastadores de libros. Quizá su debilidad y nostalgia por el pasado le hayan convertido tan temprano en un clásico de la literatura, como esa antigua actriz de La muerte es un asunto solitario que no posee radio, ni televisión, ni periódicos, y sólo proyecta una y otra vez las viejas películas.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1990 Minotauro
321
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3
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3
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(Miriam LC) Cuenta la historia angustiosa de un hombre solitario en busca del asesino de varias personas que él conoce. Se trata de un mediocre escritor, que una noche en un tranvía de Venice, California, va en el mismo vagón que la persona autora del crimen de un anciano que es encontrado dentro de una jaula de leones en el fondo del río. Es él quien encuentra el cuerpo e indagará para saber de quién se trata, porque el inspector asignado para el caso no lo tiene muy claro y no piensa en asesinato sino en suicidio. Al ponerse a atar cabos, todas aquellas personas que conoce de un modo u otro van desapareciendo y este hecho le angustia cada vez más. Siente que conoce al asesino porque esa noche en el vagón del tranvía estuvo con él, pero no se fijó, pensó que era un borracho más. A medida que transcurre la novela la intensidad aumenta y este hombre piensa que su vida se viene abajo; su novia le abandona, no vende ninguna novela, espera hacerse amigo del inspector Crumley pero de momento esa relación es extraña, (entre ellos hay respeto pero Crumley piensa que es un loco más, tal como le conocen en la ciudad a nuestro protagonista) y lo que más le atormenta es que en su pequeña lista de próximas víctimas se van afirmando sus inscripciones y los desaparecidos son los que él anota. Trata con personas solitarias, inmersas en recuerdos, vivencias y vidas anteriores. Cada una de ellas tiene un pasado curioso, pero su ahora es oscuro, aburrido, pesimista, monótono, temeroso y sobre todo solitario. Todos esos personajes sienten que alguien viene a por ellos, ese alguien es la muerte a la que presienten y temen. Henry, un amigo del protagonista es el que dice haber olido a la muerte, la ha sentido detrás de su puerta, de la de su difunta vecina Fanny y de la de sus amigos. Es él quien da la pista de que la muerte huele mal, a pocho, putrefacto, podrido… Tras una sensacional búsqueda a través del anuncio de un antiguo periódico, nuestro escritor encuentra ese olor, (tan familiar por otra parte, ya que lo olió esa noche en el tranvía), y tras darse de bruces con él, descubre a un conocido suyo, el psiquiatra Shark que admite haber matado a aquéllas personas. El asesino en sus últimas palabras le da las gracias porque ha sido él quien le ha ayudado a buscar a sus víctimas. Todas las personas muertas tienen en común la soledad de sus vidas, el vacío de su alma y la sensación de desarraigo, de vivir otra época que no es la suya. A todas ellas las solía visitar el protagonista del libro y considerarlos como sus "amigos". Él en sí mismo es un solitario y hubiera sido el primero en morir según el asesino de no haber tenido a esas personas a su lado. Nuestro personaje consigue una confesión del asesino, y tras la pelea, el asesino muere. Todos estos hechos le hacen pensar en que quiere empezar una vida nueva, en compañía de su novia, formar una familia, tener hijos y no volver a sentirse solo. La novela me ha parecido interesante, aunque no fácil de leer, ya que se hacen referencias a libros, películas, canciones, autores y hechos que desconocía. Hay que estar muy metido en el argumento y entender perfectamente lo que quiere decir en cada momento. En ocasiones no entendía páginas enteras ya que me hacía sentir un poco desconectada del tema porque el autor va de aquí para allá hasta enlazar de nuevo con la línea argumental. En referencia al tema de la escatología, (conjunto de teorías, creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba) encuentro pocas conexiones entre ésta y el argumento, debido a mi desconocimiento que espero ampliar en el segundo cuatrimestre de la asignatura. La única idea que he pensado puede tener relación con la muerte es que los asesinados, antes de morir piensan que "algo" viene a por ellos y que van a dejar este mundo.