Análisis de la historia

 

Es muy interesante caminar periódicamente por la cuesta Moyano de Madrid, cerca de la estación de Atocha, del Jardín Botánico, en el final del Paseo del Prado por donde paseaba Valle Inclán para inspirarse. Lógicamente, en cuanto abran las librerías hay que ir a ver libros allí, buen libres de coronavirus y de aglomeraciones,

La cuesta Moyano pone a todos nuestros libros y a nuestros autores en nuestro sitio; pues ver tus obras costosamente escritas y corregidas, después, debidamente amontonadas con otras con un cartel de: “a un euro” o dentro del pack: “de tres por un euro”, pone tu humildad en su exacto lugar.

Asimismo, los análisis ideologizados y obsoletos de la historia como fueron el pansexualismo, el panteísmo y el marxismo, acaban también en su sitio, amontonados en la cuesta Moyano, como papel viejo para hacer fuego.

El profesor Bernabé Clavero catedrático de historia del derecho de la Universidad de Sevilla tuvo el detalle de enfrentarse, pormenorizadamente, a toda la parafernalia marxista que invadió las facultades de historia de media Europa, para poner al marxismo en su sitio.

Tiene incluso demasiado en cuenta al marxismo y a los autores marxistas que se han detenido a comentar a Weber, por lo que el artículo que ahora recordamos pierde interés y actualidad, pues ya el marxismo como análisis de la historia ha quedado obsoleto, como afirmará clavero al comienzo: “No es novedad la historia de las mentalidades, sino su ensimismamiento e intransitividad” (8).

El análisis de Weber como es sabido es poner al calvinismo en el origen del capitalismo: “Si la implantación del capitalismo pudo venir favorecida por una modificación religiosa que, según el planteamiento weberiano, tendiese a la interiorización de una disciplina social” (20).

Enseguida añade que la economía del XVI debe afrontar: “componentes religiosos como la proscripción de la usura, de economía moral que prestara resistencia de aliento popular a la economía propiamente dicha, por constitutivamente desmoralizada, como dice que sería la capitalista” (21).

La conclusión del trabajo está prácticamente al final del mismo; siguiendo a los grandes Braudel y Thompson y, como fruto de la dialéctica del marxismo, que le interesaba ver al catolicismo y protestantismo como lucha de clases; tesis y antítesis, es que: “Allí donde Weber no veía más que una coincidencia, un encuentro, se le ha acusado de haber afirmado que el protestantismo es la génesis misma del capitalismo” (23).

En cualquier caso, con sus finales barrocos y retorcidos nuestro Clavero terminará por decir que Weber ha sido interpretado cada uno a su gusto: “entre el dogmatismo de unos y la ligereza más aprovechada de otros, hay debates que se cierran en falso. Así de sencilla, y solo una, es mi conclusión” (24).

José Carlos Martín de la Hoz

Bartolomé Clavero, Religión y capitalismo. Más acá de Max Weber, Revista Internacional de Ciencias Sociales (Universidad de Murcia) 10 (1989) pp. 17-24.