Anticlericalismo

El Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Navarro Ordoño, realiza en esta obra de divulgación un exhaustivo repaso de los orígenes y desarrollo del fenómeno del anticlericalismo, centrado en España.

Ya desde las primera páginas se indica el ángulo de la visión que desea ofrecer, cuando señala en la dedicatoria: "Este libro está dedicado a la memoria de Eduardo Rojo Albarrán, exsacerdote antifranquista, profesor de historia heterodoxo, doble víctima del clericalismo. Este libro, escrito por un no creyente, está también dedicado a todos los creyentes españoles sin iglesia" (11).

El trabajo busca ser interdisciplinar, de ahí que el autor utilice las habituales interpretaciones históricas, con algunas breves consideraciones conclusiones antropológicas y amplias referencias a la literatura española.

El hilo conductor al que volverá una y otra a vez es el Tribunal de la Inquisición: "la intransigencia engendra el anticlericalismo" (74). A lo que añade el extremismo característico, según el autor, del pueblo español: "Los extremismos clerical y anticlerical, y este ha sido el drama español durante doscientos años, se han alimentado mutuamente hasta aniquilar la posibilidad de una convivencia normalizada" (113).

Cronológicamente, caracterizará el anticlericalismo del siglo XVII , como la necesidad de regresar al espíritu evangélico y , por tanto, al cristianismo primitivo. Así los autores anticlericales del período: "lo que perseguían era salvar lo esencial del catolicismo para evitar su suicidio en manos de ignorantes a través de prácticas irracionales y de un culto totalmente superficial" (p.78).

En seguida se referirá al regalismo como "denuncia de la ignorancia, descrédito de las supersticiones, demanda de tolerancia, y consejos a la hora de evitar que se instale en el país un rencor violento contra los sacerdotes" (89).

Inmediatamente, durante el siglo XIX, el anticlericalismo, según el autor, pasará "De la denuncia de los vicios del clero y la reivindicación de un nuevo cristianismo apostólico, se pasaba al desenmascaramiento de los dogmas de fe" (117). La revolución liberal, según el autor, se desarrolló de arriba hacía abajo y añadirá que "era axial en la propaganda radical de la Restauración el sempiterno tema de la corrupción del clero" (215).

Después de repasar la literatura anticlerical del comienzo del siglo XX, concluirá que el anticlericalismo, como discurso ideológico, buscará "desautorizar a la totalidad del clero por los crímenes o irregularidades de unos cuantos, sin atender a matices" (240).

Finalmente, se preguntará sobre el origen del odio popular vertido en la persecución religiosa en España desde 1931 hasta 1939 (242). En ese sentido señala que: "lo más terrible de la persecución religiosa del verano de 1936 fue su carácter perfectamente planificado" (288). En su opinión, la causa del odio y del anticlericalismo fue la ignoracia del pueblo y la fría maquinaria anarquista y sindicalista que buscaba enriquecerse a costa de la Iglesia (291).

El capítulo primero donde narra el anticlericalismo actual, utilizando fundamentalmente la prensa diaria, sobre todo El País y Público (24).

 

 

José Carlos Martín de la Hoz

Andreu Navarro Ordoño. El anticlericalismo. ¿Una singularidad de la cultura española?, ed. Cátedra, Madrid 2013, 311 pp.