El perdón familiar

 

Entre los temas más interesantes de la sociología y psicología actuales están el auge del estudio de todos los aspectos referentes a la familia y a la construcción de la confianza en el entorno familiar, de modo que se haga inteligible ese principio tan deseado del hogar al que siempre se vuelve.

De hecho, en gran parte, el modelo económico y empresarial de la economía familiar sirve para el futuro de la empresa familiar, donde se concentra actualmente parte de la recuperación económica e incluso de las relaciones entre cliente y empresario semejantes a los lazos familiares donde la identidad y la connaturalidad parecen objetivos para ser compartidos.

Precisamente uno de los momentos más interesantes del trabajo sobre la ira y el perdón publicado por la filósofa neoyorquina Martha Nussbaum (1947) tiene que ver con la educación de los hijos en el entorno familiar.

En efecto como resultado de un ciclo de conferencias en la Universidad de Oxford, en el 2014, Martha Nussbaum, docente de filosofía contemporánea y especialista en literatura clásica griega y latina, así como, en ética social, quiso detenerse en el hogar de familia como escuela del perdón.

Parte capital del clima familiar donde el hijo nace y se desarrolla seguro, resultan ser frutos del perdón, la misericordia, la paz y la estabilidad familiar y de las sólidas corrientes de simpatía, cordialidad, exigencia y confianza del hogar.

Enseguida, nuestra autora nos recuerda los períodos de la confianza y del perdón, comenzando por el inicio: “La confianza entre padres e hijos es multiforme y se encuentra en continua evolución. Cuando nacen los niños no tienen autoridad en cuestiones de confianza, dependen por completo de los padres y deben confiarles su bienestar, sin importar si son dignos de confianza o no. Asimismo, los niños parecerían tener una disposición natural a la confianza que los lleva a intimar con los padres a menos que haya un abuso o abandono serio”.

Lógicamente, hay que llegar a la maduración: “Estas actitudes evolucionan con el tiempo y lo mismo ocurre con las expectativas que fundamentan. Por un lado, los hijos se dan cuenta de modo progresivo de lo que pueden esperar -o no- de sus padres, y por lo general ver razones para la confianza y la gratitud que antes se daban por sentadas. No obstante, al mismo tiempo, se vuelven más escépticos y reservados, ya no están dispuestos a confiar todo lo que tiene que ver con ellos a sus padres. Esta retirada gradual de la confianza forma parte del proceso de madurez, pero también puede resultar doloroso para los padres, que cada vez se sienten más impotentes” (164). Es muy interesante la conclusión: “la interacción relajada con un hijo suele eliminar la ira antes de que se descomponga y ayuda incluso a que el tipo de ira bien fundada llegue a una resolución que sea productiva de modo recíproco” (167).

José Carlos Martín de la Hoz

Martha Nussbaum, Resentimiento, generosidad, justicia, ediciones Fondo de Cultura Económica, México 2018, 431 pp.