El realismo de fray Luis de León

 

El realismo teológico que desarrolla Fray Luis de León en su extraordinario comentario al libro de Job que dirige a la Madre Ana de Jesús Carmelita descalza, muestra la profunda riqueza teológica de su alma y la extraordinaria sensibilidad poética para expresarlo con todo el corazón y toda la cabeza.

Verdaderamente Fray Luis es un exponente de la renovada escuela teológica de Salamanca y, sin duda, su más firme baluarte para expresar la armonía de los argumentos de autoridad, de los lugares teológicos, unidos con la fe la fe y razón, con un lenguaje que expresa más la teología que la prosa exegética.

Precisamente, es tema de nuestro tiempo más que nunca, el problema del mal tanto del mal físico como del mal espiritual y de cómo Dios nunca es autor del mal, puesto que el mal es ausencia de un bien debido.

Como recordaba Boecio en su consolación de la filosofía el problema del mal es como la hidra de las mil cabezas, cuantas más cabezas cortes, más cabezas salen y nuevas cuestiones son suscitadas.

No teme fray Luis abordar este problema, aunque sea espinoso, en bien del alma de sus oyentes, pues es consciente de la importancia de fortalecer la confianza en Dios y en el amor de Dios al hombre, así como de la importancia de ofrecer los sacrificios uniéndolos al único y verdadero sacrificio de la cruz, fuera del cual nada tiene sentido redentor.

Precisamente, es en el libro de Job en el Antiguo Testamento, donde el hagiógrafo plantea el problema con toda su crudeza y vistosidad, y donde Job muestra la reacción de un hombre justo y piadoso que contesta al mal con el bien y la alabanza al creador: “Dios me lo dio y Dios me lo quitó”.

Finalmente, después de la aparición de su mujer y de sus cuatro amigos en escena con uno comentarios que son más para desorientar el ánimo fuerte de Job que otra cosa, éste se agarra a la misericordia de Dios y pone verdaderamente toda su vida y sus obras en manos de la justicia divina.

Así pues, el mismo Dios, según nos dice el hagiógrafo inspirado por el Espíritu Santo, dirá una palabra esclarecedora acerca del auténtico e imperecedero misterio insondable del mal. Así afirma Fray Luis en el resumen del argumento: “desde un torbellino de nubes habla Dios en forma sensible, enseñando a Job cuán en vano había intentado averiguar las razones que había tenido para afligirle. Pregúntale el Señor si sabe las legítimas causas de los efectos naturales: como son los movimientos de los astros, la producción de las lluvias, la difusión de la luz y otras semejantes, para que, en vista de ser estas cosas ocultas al discurso humano, conozca que le son del todo impenetrables las razones de los divinos juicios” (130).

José Carlos Martín de la Hoz

Fray Luis de León, El libro de Job, edición de Navona editorial, Barcelona 2018, 171 pp.