Historia de la teología


lang=ES-TRAD>El Prof. Juan Belda, después de muchos

años de docencia e investigación en el campo de la teología histórica, nos

ofrece una historia de la teología que puede usarse tanto como excelente

manual, como lectura recomendable para un público amplio. Por la profundidad y

amenidad, se trata de una obra de madurez.


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En la Introducción el autor marca

los objetivos y límites del trabajo que nos ofrece. Indudablemente es un

acierto el haber reducido los autores y haberse concentrado en las grandes

líneas del pensamiento y del quehacer teológico (p.9). Sin duda esta

metodología proporciona frescura a la

obra y la hace apta para personas interesadas en la historia del pensamiento y

de la cultura.


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En el primer capítulo ha logrado una

síntesis del quehacer teológico de los Padres y de las disputas teológicas

acerca de la Cristología y la Trinidad que merece la pena ser leída con detenimiento

(pp.25-46). El autor ha superado el problema de si la Patrología debe ser el

comienzo de una historia de la teología o si bien ésta debería empezar en el

siglo XII.


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Es interesante la definición y

límites de la teología monástica (p.48). Un concepto relativamente novedoso que

el Prof. Belda aborda con maestría. En efecto, en

continuidad con la Patrística en esa teología se aportan comentarios
class=SpellE>escrituristicos de gran interés.


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Debemos señalar que donde el Prof.
class=SpellE>Belda realiza sus aportaciones fundamentales es en el

capítulo dedicado a la Escuela de Salamanca (pp.122-149). En esas páginas resume

sus trabajos últimos: La Escuela de

Salamanca
(Madrid 2000) y el tratado
De locis Theologicis

de Melchor Cano (Madrid 2006). En esa parte de su obra, además, nos ofrece un

camino para la renovación de la Teología en el siglo XXI: la vuelta a las

Fuentes, el equilibrio entre fe y razón, entre teología positiva y teología

especulativa y la aplicación de la teología a las cuestiones actuales.


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Precisamente la crisis de la teología

en el Barroco y en la Ilustración se debe a la falta de autores de categoría

también, en muchos casos, a la falta de una filosofía realista como

herramienta. Así nos dirá Belda:
style='mso-spacerun:yes'> "La teología acabará yendo a remolque de la

filosofía racionalista incapaz de proporcionar la ayuda que la teología

necesita, dado que, en el fondo, negaba la posibilidad misma de una Revelación

sobrenatural de Dios al hombre" (p. 198). De ahí el interés del capítulo

dedicado al XVII y XVIII.


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Al abordar la disputa de
class=SpellE>auxiliis
,

el Prof. Belda muestra el esplendor de la teología

del barroco capaz de enfrentarse para al complejo problema de las relaciones entre

libertad y gracia, pero también muestra el
style='mso-bidi-font-style:normal'>handicap
que supuso para el

tratamiento de la cuestión el debate entre las
style='mso-spacerun:yes'> escuelas teológicas
style='mso-spacerun:yes'> (pp.175-183). Quizás es otra de las lecciones

para el futuro, puesto que las escuelas están en decadencia, podrían los

teólogos buscar la Verdad con mayor libertad, sin los condicionamientos del

seguimiento rígido de un Maestro.


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El autor hace una oportuna

referencia a las aportaciones a la historia de la teología y de la

espiritualidad de san Josemaría (pp.271-272),

precisamente en estos días en los que se ha publicado el primero de los tres

volúmenes de E. Burkhart y J. López, (Vida cotidiana

y santidad en la enseñanza de san Josemaría. Estudio

de teología espiritual, ed. Rialp, Madrid 2010, 623
class=SpellE>pp).

 

 

José

Carlos Martín de la Hoz

 

Juan BELDA

PLANS, Historia de la Teología, ed. Palabra, Madrid 2010, 315 pp.