Holland y su nueva Historia de la Iglesia

 

Tom Holland (1968) es bien conocido en España pues ha publicado recientemente en nuestra lengua varias obras de gran difusión y, por supuesto, de abundante número de ejemplares vendidos como, por ejemplo, “Rubicón”, “Dinastía” y “Fuego persa”, que además fueron galardonadas al más alto nivel como obras históricas de gran calado y difusión.

Para la obra que ahora deseamos reseñar, ciertamente, ha aprovechado sus amplios conocimientos históricos, para presentar una nueva aventura pues en esta ocasión el  novelista Tom Holland se ha atrevido a publicar un ensayo más general y extenso sobre la Historia del cristianismo, es decir, ha lanzado a realizar una síntesis histórica de la fe cristiana.

La metodología utilizada por nuestro autor es la de sus habituales trabajos de historia que caminan entre la novela histórica y la divulgación histórica mediante la correlación de hechos sobre una idea motriz.

Ha repaso cronológico la Historia de la Iglesia, buscando en cada etapa de la misma, hechos verdaderamente relevantes o acontecimientos impactantes que remuevan al lector del asiento, capten su atención y le lleven a descubrir una dimensión nueva de la Iglesia, hasta ahora desconocida.

Hay que reconocer el esfuerzo realizado, la honradez profesional para manifestar sus creencias antes de aventurarse a un trabajo sobre una institución de origen divino y, por supuesto, las fuentes utilizadas.

Asimismo, hay que detectar la falta de fe católica que le impide dar una interpretación clara, coherente y profunda a los hechos que ha recogido, estudiado y explicados: “con el tiempo se le aclamaría, no solo como hombre, sino como un dios”, nos dirá en la introducción después de narrar la muerte de Cristo y los hechos de la resurrección de Jesucristo (17).

En efecto, la historia de la Iglesia católica es historia y es también teología, por lo que es importante estudiar los documentos, enmarcarlos, enraizarlos, pero también meterse en la mentalidad de un hombre de fe que ha sufrido el impacto de la llamada de Jesús a su seguimiento, que ja visto la muerte del crucificado y que ha tocado el cuerpo glorioso de Cristo. Indudablemente, ese hombre no dejará de proclamar con su vida santa y con su palabra que Cristo vive hasta el día de hoy.

Así pues, a los historiadores que hablan de Historia de la Iglesia no se les pide que tengan fe pues eso es un don de Dios, sino la necesaria formación histórica y teológica para meterse en la mentalidad y en la vida santa de un hombre de fe (19). A esto último no llega Holland siempre, aunque hay que reconocer que se ha acercado con respeto a las fuentes cristianas, como cuando habla de san Anselmo: “nunca olvidó que su Salvador lo había redimido mediante la humildad, la desnudez y la persecución” (20).

José Carlos Martín de la Hoz

Tom Holland, Dominio. Una nueva historia del cristianismo, ediciones Ático de los libros, Barcelona 2020, 619 pp.