Introducción a la Teología del proceso

 

El Profesor del Instituto san Pío X y del CES san Bosco, José Luis Guzón Nestar, nos introduce con el trabajo que ahora presentamos, en la aventura de la filosofía de la ciencia y en la filosofía procesual de Alfred N. Whithead. Una aventura teológica y filosófica llevada a cabo por pensadores anglosajones bajo el título de “teología del proceso”, que busca romper el impasse del diálogo con la filosofía contemporánea y abrir caminos para el pensamiento occidental.

Como nos recuerda el autor en las primeras páginas, la filosofía del proceso estaría en el ámbito de teología natural o teodicea, es decir la búsqueda de Dios a través de la luz natural de la razón (20). Por eso añadirá: “el mejor ámbito para el encuentro entre el cristianismo y el pensamiento moderno es la teoría del conocimiento” (26). Es más, enseguida subrayará: “una sabiduría que integre los distintos saberes y nos aproxime a un sistema de valores humanizadores” (27).

La terminología y los métodos del autor son muy audaces, pues buscan romper moldes que separan para hacer a Dios muy presente en nuestro ser y en nuestro obrar: “en cada momento Dios sigue aprendiendo de nosotros, ya que está en presente en cada momento de nuestra existencia” (22).

Enseguida nos referirá el autor que la finalidad de la filosofía del proceso es “dar cabida a la fe y a la revelación, y acogerse a los efectos positivos de esta acción, habida cuenta también de que la fe es dinámica y va cambiando” (23).

El dinamismo citado recuerda que hay un núcleo perenne de fe que consiste en la revelación otorgada por Jesucristo a la Iglesia y sembrada de la conciencia de cada hombre (29) que ha de ser desvelada de manera más rica y profunda, con el paso de las generaciones, en el corazón y el entendimiento del hombre (24). Precisamente, nuestro autor se llena de ilusiones con el necesario diálogo de la teología del proceso con la filosofía fructificará en la cultura occidental “para configurarse como un paradigma histórico-temporal que tenga perfecta cabida dentro de nuestro horizonte cultural” (45).

En cualquier caso, hay que hacer notar muchas imprecisiones y falta de profundidad para que pueda esta filosofía constituir una teodicea nueva que se imponga en nuestra cultura europea con una metafísica nueva para el diálogo con la modernidad. Desde luego hay mucho que matizar en afirmaciones como esta: “la relación entre Dios y la humanidad es mutua cooperación” (50). A la vez, también aparecen luces interesantes y básicas de la teología católica, como la afirmación de Ord: “es parte de la esencia de Dios como relación ofrecer libertad a los demás” (63).

Es definitivo para explicar la escasa penetración de esta teoría su falta de sensibilidad y de hondura teológica para darle a la Sagrada Escritura la necesaria importancia tanto en el contenido de la Revelación como a cualquier teología que pretenda expresar dicho mensaje revelado (81). De hecho, sin la prioridad de la Escritura y de la Tradición que se han entregado al magisterio no hay verdadera teología (83).

José Carlos Martín de la Hoz

José Luis Guzón Nestar, Introducción a la Teología del proceso. Guía para perplejos, editorial San Esteban, Salamanca 2021, 203 pp.