Juan Jiménez Vargas

 

El catedrático de Fisiología Juan Jiménez Vargas (1913-1997), pidió la admisión en el Opus Dei en los últimos años de la carrera de Medicina que terminó justamente en los primeros meses de 1935. Natural de Madrid, donde había nacido y crecido en la calle san Bernardo y había estudiado en el Instituto San Isidro de la capital y asistido a las clases de la Facultad de Medicina en el Hospital de san Carlos, donde ahora está enclavado el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofia, muy cerca de la estación de Atocha.

Su padre regentaba una fábrica de galletas adyacente al hogar familiar donde había empezado como dependiente y donde había terminado como gobernante hasta su jubilación, después de la guerra civil. Eran tres hermanos.

Juan tenía desde joven un carácter independiente, sereno, celoso de su libertad, Era piadoso, activo, observador y la vida de Madrid en la Segunda República con aquellos acontecimientos violentos y fuertes contrastes ideológicos, políticos y sociales le había llevado a la convicción de que algo había que hacer.

Felizmente, en 1932 conectó con san Josemaría y, unas semanas después, el 4 de enero de 1933 entregó a Dios su vida en el Opus Dei. De ese modo todas sus ilusiones profesionales, espirituales y sociales se concretaron en hacer el Opus Dei siendo él mismo Opus Dei. Es decir, santificarse y santificar a los demás, con la abundancia de la gracia de Dios.

El 21 del mes de enero de 1933, junto con dos amigos suyos estudiantes de medicina asistieron a una clase de formación o círculo. Efectivamente, escucharía a san Josemaría narrar que después de aquella reunión les había impartido la bendición con el Santísimo y que al bendecirlos había visto no a tres sino a tres mil de todas las realidades. El 15 de mayo de 1933 acompañó a san Josemaría a darle la unción de los enfermos a una mujer aquejada de tuberculosis en fase terminal, María Ignacia García Escobar, una de las primeras vocaciones femeninas del Opus Dei.

Durante la guerra civil española su presencia fue capital tanto para buscar un refugio al fundador del Opus Dei como para sostenerlo como médico durante el paso de los pirineos en noviembre y diciembre de 1937. Posteriormente en Burgos le trató menos pues Juan fue trasladado al frente de Teruel uno de los más duros y cruentos de la guerra civil.

En 1939 presentó su tesis doctoral y en 1942 obtuvo la cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de Barcelona, donde creó un equipo de investigación en fisiología. Parte del cual se trasladó con él a Pamplona para poner en marcha la Facultad de Medicina, la Escuela de Enfermería y la Clínica Universitaria.

Cuando Juan se jubiló y le hicieron entrega del volumen homenaje de sus muchos discípulos y colegas del mundo entero, se vio plasmado sus campos de investigación y los frutos de su trabajo: sus investigaciones sobre la tos, sobre la fatiga., el cansancio. Pero sobre todo, la multitud de colegas. En resumen: servir a Dios y servir a los demás.

José Carlos Martín de la Hoz