La antropología científica

 

Uno de los temas más importantes de la filosofía actual es la relación existente entre la antropología científica y la antropología filosófica, comprendiendo que ambas son ciencias y que ambas tienen por objeto de estudio el hombre, aunque sean distintos los ángulos de visión

Para pensar sobre esta delicada materia vamos a recurrir al estudio del filósofo español y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Eugenio Trias Sagnier (1942-2013), quien publicó una obra sobre la materia, titulada “La filosofía y su sombra”, y que acaba de ser magníficamente reeditado por la asociación de herederos de Eugenio Trias.

Enseguida debemos centrar la cuestión, con palabras de Trias, cuando comentando a Max Scheler señala: “El hombre, no es solo el ser que convierte su entorno en objeto y se libera de determinismos. Es, además, la condición de posibilidad de esa conversión del mundo en objeto y de toda objetividad -y experiencia objetiva en general-. El hombre, en tanto que ser espiritual es el a priori de todo conocimiento objetivo” (188).

A lo que añade: “Ciertamente, deberá aprovechar los ricos tesoros del saber especializado que han labrado las distintas ciencias del hombre. Pero la multitud siempre creciente que se ocupan del hombre ocultan la esencia de éste mucho más que la iluminan. Las ciencias humanas solo poseen sentido si están precedidas por un análisis de la esencia humana, que requiere un método diferente del de éstas” (189).

Veamos como culmina Trias el razonamiento: “las ciencias humanas exigirán una antropología que las guíe y fundamente. Esta antropología filosófica acaparará el lugar de una filosofía primera. Será una reflexión de fundamentos que dará directrices a las restantes ciencias en la medida en que investiga las condiciones de posibilidad de toda ciencia” (191).

Un poco más adelante, recuerda Trias que “las ciencias humanas deben estudiar el comportamiento humano que se desprende de esas objetivaciones, deben estudiar al hombre a través de sus propias obras. Estudiar los hombres ‘como si fueran cosas’, como hechos sociales, culturales, psíquicos, investigables del mismo modo que cualquier proceso natural, con los mismos métodos de análisis”.

Bien es verdad, que inmediatamente debe añadir, para no dejar incompleta a todas luces la cuestión: “pero las ciencias humanas deberán inferir, de ese estudio ‘exterior’ del objeto humano, un a priori ‘interior‘ que hace posible esa exterioridad y objetividad. Deberán constantemente inferir una dimensión del hombre irreductible a toda objetivación por cuanto constituye la condición de toda objetivación” (198).

La conclusión es clara y nos devuelve al texto de Max Scheler y su comentario añadido anteriormente: “deberá presuponer una antropología que haga un tema de la esencia humana y su actividad o praxis originaria, base de toda producción objetiva” (199).

José Carlos Martín de la Hoz

Eugenio Trias Sagnier, La filosofía y su sombra, ediciones Galaxia Gutenberg, Barcelona 2019, 228 pp.