La belleza literaria

 

La belleza como camino certero para llegar a Jesucristo ha sido repetidamente recomendado en estos últimos años por Benedicto XVI y por el papa Francisco en sus encíclicas y homilías.

Evidentemente, cuando pensamos en el camino de la belleza de una obra de arte, en la admiración que provoca la belleza de un paisaje, el rostro hermoso de un ser humano, la profundidad de unos ojos o la belleza de una obra de cridad o un detalle de amor y de ternura, son maneras de detallar y de ejemplificar un camino de grandeza, éxtasis y elevación del alma.

De la contemplación a la oración hay un paso muy corto y casi se da al mismo tiempo como podemos apreciar estos días que, por razones de confinamiento, podemos dedicar más tiempo a la intimidad con Dios y a contemplar con él la belleza de la creación a través de la ventana o de internet.

También ha sido explorada la ruta de la belleza a través de la belleza de la literatura, de la escritura y, en concreto, de la novela histórica. En ese sentido, es interesante la lectura de una novela histórica sobre Jesús de Nazaret, redactada por Pedro Miguel Lamet, poseedor de una de las mejores prosas en lengua castellana, difícilmente inigualable, de la que hablan los galardones recibidos.

Lógicamente, es un gozo leer y disfrutar de la buena literatura y, en este caso, debemos añadir que se aportan muchas luces teológicas, exegéticas y, por supuesto, poéticas que trasmiten el alma profunda del autor unida a su sencillez habitual, sin alardes, con una maravillosa simbología.

Indudablemente, hemos de avisar al lector incauto que a esta novela le falta ritmo, aunque el autor ha introducido algunas historias y artilugios literarios para paliarlo, pero el tema es serio e importante y eso importa poco.

Enseguida, hemos de señalar el objetivo final del libro, que da sentido a las cuatrocientas páginas y que no es otro que trasmitir la mirada de Jesús según ha sido percibida por el autor a lo largo de su vida. Precisamente el subtítulo “el retrato secreto de Jesús”, va a orientar toda la novela, pues si es verdad que el protagonista busca un retrato físico del maestro, en realidad, a lo largo del libro, se está retratando constantemente la mirada de Jesús con las narraciones de aquellos que le conocieron. De hecho, de esto trata las páginas finales.

La clave, por tanto, y por la que vale la pena leer este libro es que ayuda a descubrir la mirada de Jesús, a grabarla, pues el libro se construye en la narración conmovida de los impactos bellísimos que recibieron aquellos hombres de toda clase y condición como se puede espigar en las páginas del evangelio. Por tanto, todos somos capaces de encontrar a Jesucristo y tener ese mismo impacto que cambia la vida. El autor aparece como teólogo, hombre de Dios y como poeta.

José Carlos Martín de la Hoz

Pedro Miguel Lamet, El retrato secreto de Jesús de Nazaret, ediciones Mensajero, Bilbao 2018, 422 pp.