La conquista de la Transición (1960-1978)

 

Oscar Alzaga Villaamil, catedrático de derecho constitucional y conocido jurista español, ha sido una de las personas más influyentes en el largo proceso político que desembocó en la renombrada “Transición política española (1960-1978)”, de la que, desgraciadamente, cada vez, van quedando menos de sus protagonistas.

El demócrata cristiano Alzaga, miembro de primera hora en el panorama político nacional del tardo franquismo y de la primera transición, toma su pluma para defender el protagonismo (37) de la oposición democrática y pacífica al régimen franquista (113) que llevaría no solo al derrumbe de la dictadura, sino al nacimiento de una democracia de corte europeísta (87, 108).

Asimismo, se mueve el historiador Oscar Alzaga como pez en el agua para bucear en sus archivos y presentar una historia pormenorizada (pp. 105 y siguientes) de la democracia cristiana en la Transición (1960-1978) y, por supuesto, lo hace en clave positiva, optimista, pletórica de ideas y de verdadera fraternidad y compañerismo, lógicas del que escribe al final de la vida, “donde todo lo pasado fue mejor”.

La cronología que se ha marcado en su trabajo “aparentemente le salva” de tener que explicar el porqué de los cambios ideológicos de algunos de los demócrata cristianos de los años sesenta, motivo por el cual este trabajo terminará por ser una fuente histórica muy desigual e incluso profundamente “irreal” o dicho crudamente “superficial”, a la luz de la falta de datos antecedentes para explicar los fracasos de las primeras elecciones políticas democráticas en España de la democracia cristiana y, consecuentemente, del vaivén ideológico de los protagonistas de esa corriente de los años sesenta y su posterior vida desde 1977 en adelante, como por ejemplo los mencionados Gregorio Peces Barba (106), Joaquín Ruíz Jiménez (102) y Manuel Giménez Fernández (120).

Recuerda el profesor Alzaga la importancia de la democracia cristiana en la oposición al régimen franquista en el mundo universitario (v.gr., los sucesos de febrero de 1965), junto con las demás fuerzas políticas estudiantiles, todas ellas ilegales, pero llenas de ilusión y juventud para, juntas (138), derribar al sindicato único SEU del franquismo (139) y. finalmente, lograr desde la universidad presentar batalla a un régimen en clara decadencia y evitar su continuidad después de la muerte del dictador (140).

Desgraciadamente, Oscar Alzaga demuestra en esta voluminosa obra que ni terminó de captar en su momento la verdadera fisonomía plenamente espiritual y apostólica del Opus Dei, ni tampoco ha vencido la desidia, en su vejez, para superar los vulgares lugares comunes para profundizar en la verdad y así termina por presentar a la actual Prelatura como un grupo político más en la pugna política del tardo franquismo, a través de los tecnócratas del régimen (115), como impulsora de Adolfo Suarez (142, 499) y finalmente vinculará al Opus Dei con el diario Madrid sin preocuparse de distinguir a sus periodistas Antonio Fontán, Calvo Serer, Miguel Ángel Aguilar o Pepe Oneto, con el Opus Dei y con el Banco Popular (319).

José Carlos Martín de la Hoz

Oscar Alzaga Villaamil, Transición política española (1960-1978). Memorias documentadas, ediciones Marcial Pons, Madrid 2021, 589 pp.