La sucesión de paradigmas

 

El profesor Hans Küng (1928-2021) abandonó la Iglesia Católica oficialmente en 1979 y desde entonces sus reflexiones e investigaciones sobre el catolicismo y, en general, sobre el cristianismo, están hechas desde fuera, del exterior, y, sobre todo, sin tener en cuenta la Tradición de la Iglesia ni por supuesto el “sensus fidelium”.

Entre sus propuestas teológicas ocupa en los años finales de su vida una posición central, lo que denomina cambios de paradigmas, ángulo de visión en el que resume las posiciones más extremas del modernismo y de un relativismo dogmático y moral exacerbado.

En esta ocasión, aborda el papel de la mujer en la Iglesia católica y en general en el cristianismo para concluir que hace falta, en virtud del cambio de paradigma cultural en el que vivimos darle un papel central en la vida de la Iglesia: en el gobierno, e la funciones jurídicas, teológicas, sacramentales y organizativas.

Como ha cambiado el “paradigma de la mujer” en la vida civil habría de cambiar también en la vida eclesiástica y en la interpretación de los textos fundacionales de la Iglesia, de modo que ocupe en lugar central en todos os planos. Es muy interesante cómo manipula la historia, orillando la gran tradición de los padres de la Iglesia occidental y oriental con estas significativas palabras: “las jerarquías verticales comenzaron a imponerse cada vez más sobre la convivencia fraternal acuñada por Jesús y los primeros cristianos (…). En los siglos II y III se pusieron las bases para la creciente desconfianza hacia la mujer en la vida y la doctrina de la Iglesia de los siglos posteriores” (38).

Precisamente, la lectura de los textos de los Padres de la Iglesia subrayará la importancia del papel central de la mujer en la Iglesia que describen los Padres Apostólicos y los Padres Apologistas. Lo que es interesante, precisamente, del ataque de Celso y de Porfirio es que se produce en esos siglos por el papel central de las mujeres: el cristianismo es denostado por aquellos pensadores como una religión de mujeres y de esclavos. Quizás Hans Küng ha olvidado leer a los Padres y ha despreciado el magisterio y la interpretación de la Escritura que hacen los Padres de la Iglesia, sencillamente porque ha abandonado la Iglesia y la gran Tradición.

Sus consejos desde fuera suenan sencillamente normales: la igualdad hombre y mujer en la familia, en las cargas familiares, en los trabajos profesionales, en el rol de la educación de los hijos, etc., es decir, lo que está sucediendo de modo natural (112).

Por otra parte, están los consejos desorbitados: sacerdocio y episcopado femenino: “no hay razón teológica seria que se oponga al presbiterado de la mujer. El hecho de que el colegio de los Doce estuviera formado exclusivamente por varones ha de entenderse por la situación sociocultural del momento” (113).

José Carlos Martín de la Hoz

Hans Küng, La mujer en el cristianismo, Trotta, Madrid 2011, 142 pp.