La Transición desde la Banca

 

La Transición democrática española sigue siendo considerada verdaderamente modélica en cuanto al tránsito real de un modelo autoritario a otro democrático utilizando las propias leyes que se había otorgado el movimiento nacional, para desmontarlo y, todo ello, sin romper la convivencia.

Asimismo, hay que recordar que la verdadera transición fue la cultural que terminó por derrotar a Franco con las ideas y con los libros. La transición había comenzado en los años sesenta en las librerías españolas, en los ambientes universitarios y en el mundo de los jóvenes profesionales, donde se podía leer y comentar todo lo que se leía y se comentaba en cualquier país de Europa y de Estados Unidos.

Además, esas generaciones de profesionales bien formados que trabajaban en los años sesenta viviendo al margen de la política, ya en los setenta tomaron el poder desde un espíritu europeo y sencillamente democrático.

En ausencia de los archivos, fuentes y documentos publicados y en la falta de perspectivas históricas, se pueden leer las memorias de los protagonistas de la transición y de las personas que han reflexionado sobre la cuestión en los ámbitos académicos universitarios.

Lógicamente el género memorias requiere conocer sus limitaciones y adaptarse a ellas y, por supuesto, no pedirles más de lo que son. También es importante conocer un poco la trayectoria personal del autor, para colocar sus recuerdos en su sitio y aprender a valorarlos, sin verlos como una fuente fidedigna de lo que sucedió.

También tiene la ventaja de ser lo que son, sin pretender ser otra cosa distinta y sin buscar tener que demostrar absolutamente nada. Parece que sirven para descargar la conciencia, “quedar lo mejor posible” y, en el fondo, no tener más pretensiones que las de poder recordar hechos, “cualquier tiempo pasado fue mejor”, etc.

El caso del extremeño Alberto Oliart, (Mérida 1928) quien después de terminar los estudios universitario en Barcelona, de sacar la oposición de abogado del estado, y trabajar con Leopoldo Calvo Sotelo en la Renfe, terminó poniendo en marcha la nueva era del Banco Hispano Americano en un difícil maridaje con el entonces Presidente de la entidad, Luis Usera.

Finalmente, Oliart terminó desembarcando en la política de la Transición como ministro de Adolfo Suarez y de Leopoldo Calvo Sotelo, de Industria y Energía, Sanidad y Defensa, para aportar el sentido común y el rigor de la Banca y de una mentalidad de hombre trabajador.

Un hombre demócrata, sereno, normal, de ideas prácticas y sencillas; incluso en las bromas que hace sobre el Opus Dei y otras cosas, no tienen malicia y son lugares comunes sin mayor importancia (44, 72), demuestra que sus memorias tampoco.

José Carlos Martin de la Hoz

Alberto Oliart, Los años que todo lo cambiaron. Memoria política de la Transición, ediciones Tusquets, Barcelona 2019, 426 pp.