Misa de San Josemaría en la Basílica de la Milagrosa

 

Como viene siendo habitual en los últimos años desde la canonización de san Josemaría, el 26 de junio fiesta litúrgica de san Josemaría, ha tenido lugar la celebración solemne de la Eucaristía en el lugar exacto donde nació el Opus Dei en Madrid, el 2 de octubre de 1928, en la Basílica de la Milagrosa en la tradicional calle de García de Paredes de la capital.

Precisamente este año, al no poder celebrarse la tradicional misa en la catedral de la Almudena, para evitar aglomeraciones de público en fiesta tan señalada, se han impulsado celebraciones eucarísticas solemnes, dentro del aforo permitido, en más de veinticinco puntos de la capital de España.

De ese modo se ha procurado conjugar el deseo de celebrar juntos esta fiesta del santo de lo ordinario, con las importantes medidas cautelares tomadas tanto por el Ministerio de Sanidad, como por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

El clima que se respiraba en la basílica de la Milagrosa era del de todos los años; familias al completo, jóvenes profesionales que al terminar su agotadora jornada laboral en el eje de la castellana acuden a este céntrico templo; personas mayores del barrio castizo de Chamberí,  que les venía bien esas horas del día, ya caído el calor, para asistir a la Santa Misa.

En definitiva, se trata de personas que tienen devoción a san Josemaría, gentes de todas las edades y situaciones sociales muy variadas, que desean agradecer los favores recibidos por este santo tan querido en la diócesis de Madrid y aprender de él en el camino de su santidad.

Había, como es habitual, mucha alegría y muchas caras conocidas de otros años, también algunos nuevos y, sobre todo, mucha simpatía contenida y escondida tras las mascarillas que indicaban que seguimos en libertad vigilada, un poco hartos de tanto encerramiento.

En las palabras pronunciadas por el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Jesús Vidal, ha habido espacio para agradecer a Dios a través de la intercesión de san Josemaría por los abundantes dones y gracias como ha derramado sobre la diócesis de Madrid y, especialmente, en estos días dolorosos de la pandemia. Con emoción contenida ha habido un especial recuerdo por las víctimas de la pandemia y sus familiares.

Así mismo, Mons. Monseñor Vidal ha realizado un esfuerzo exegético para presentar, a la luz de los textos litúrgicos y del magisterio reciente de san Juan Pablo II en la Laborem Exceccens y en la Laudate si del papa Francisco, el trabajo como verdadero servicio a Dios y a los demás. De ese modo ha deseado recordar la llamada universal a la santidad en las realidades ordinarias, que constituye el núcleo del mensaje del Opus Dei y de la predicación de san Josemaría.

Un año más nos hemos reunido para celebrar a san Josemaría, el santo de lo ordinario, como le denominaba san Juan Pablo II, para seguir mostrando que la ilusión por iluminar el mundo con la santidad y la vida cristiana sigue estando viva.

José Carlos Martín de la Hoz