Nisa González Guzmán

 

Es interesante comprobar, como Dios nuestro Señor fue preparando a una joven leonesa llamada Nisa González Guzmán (Caboalles de Abajo 1907-Valencia 1998) para vivir la apasionante aventura sobrenatural de hacer el Opus Dei. Primero, cuando la hizo nacer en el seno de una familia cristiana, donde aprendió a amar a Dios y a los demás, la hizo crecer junto a un padre activo y emprendedor en el campo de la minería y del desarrollo leonés, cuando le dio una gran facilidad para los idiomas y un gran don de gentes, todo ello bajo la mirada de una madre dotada de una gran categoría humana y espiritual.

Cuando termina la guerra civil española, Nisa obtiene en 1941 el título de maestra en la Escuela Normal de leonés. Entonces hablaba correctamente inglés, francés e italiano. Desde joven era deportista: esquiadora, tenista, montañera. Inquieta, alta, elegante. Una mujer inteligente por la que apostaban los ingenieros de minas de León que conocían a su padre.

En agosto de 1940, después de haber oído muchas veces a su director espiritual hablarle del espíritu del Opus Dei, don Heliodoro Gil le planteó claramente a Nisa mantener una conversación con el Fundador, con San Josemaría, el autor de Camino, su libro de oración, para clarificar si quizás ese podía ser su camino. La entrevista tuvo lugar en el palacio episcopal de León

En aquella primera conversación san Josemaría la invitó no solo a desear cumplir la voluntad de Dios, como era el ardiente deseo de Nisa, sino la decisión de amar a Dios con todo el corazón de modo personal en medio del mundo y de las actividades ordinarias del cristiano. Efectivamente en abril de 1941 es Nisa quien toma el tren y se desplaza a Madrid para conversar con san Josemaría. En esa conversación es ya Nisa quien abiertamente le pide pertenecer al Opus Dei y es san Josemaría quien la anima a perseverar en esa decisión y madurarla más y la anima a acudir en agosto a unas jornadas de convivencia donde podrá madurar su decisión. Mientras tanto, puede proseguir con esa tarea de la santidad en lo ordinario y el apostolado de la bicicleta.

Un año después, en junio de 1942, Nisa era la directora del primer centro de mujeres del Opus Dei en la calle Jorge Manrique de Madrid, un lugar silencioso, con un poco de jardín, donde pueden comenzar su vida en familia y desarrollar una amplia labor apostólica.

Pocos años después, en marzo de 1950 parte con Margarita Barturen y algunas otras jóvenes españolas y tres mexicanas a la aventura de Chicago y después de todo Estados Unidos. Años después comenzaría la aventura de Canadá,

Finalmente regresará a Europa para trabajar como delegada de diversos países europeos; irlanda, Francia e Inglaterra. Nisa se fue gastando hasta que terminó por recalar en Valencia, donde sería hasta el final de su vida un referente de fidelidad para aquellas mujeres.

¡Cuántos milagros habrían visto aquellos ojos!: “A través de las dificultades ordinarias, de las incomprensiones o de los problemas de la vida Dios había abierto el camino del Opus Dei en el mundo entero y ella lo había visto.

José Carlos Martín de la Hoz