Lutero, Calvino y Trento

¿Cuáles fueron los verdaderos motivos que desataron la Reforma de Lutero? ¿Cómo reaccionaron el Papa y el Imperio frente al desafío luterano? ¿Cuál fue la auténtica primera reforma de la Iglesia? ¿Existieron, realmente, las iglesias reformadas como tal? ¿Llegó tarde el Concilio de Trento? ¿Qué supuso la mal llamada «contrarreforma» en nuestra historia? ¿En qué consistió, en realidad, la tan renombrada Pax Catholica? ¿El movimiento reformista se adueñó del relato que ha llegado a nuestros días?

Alberto Garín García y Fernando Díaz Villanueva —autores de referencia en divulgación histórica— cuestionan, en una profunda y lúcida conversación sin filtros, nuestras certezas sobre la mal llamada Reforma luterana de comienzos del siglo XVI y nos descubren cuáles fueron los primeros y auténticos procesos reformistas; especialmente, el iniciado durante el siglo XV, muy desconocido, y el cual constituyó la verdadera renovación de la Iglesia, que no conllevó, en ningún caso, la ruptura de la institución.

Una reveladora obra a dos voces que reflexiona sobre las repercusiones menos conocidas del Concilio de Trento, y que nos invita a un valioso y conciso recorrido por la historia política y religiosa de España y Europa desde la Reforma hasta la actualidad. Y es que muchas de las cuestiones que nos afectan hoy día son las últimas consecuencias de aquella aciaga escisión religiosa que condenó a Europa a siglo y medio de enfrentamientos terriblemente crueles, como los de Religión en Francia o la primera guerra a gran escala de la historia: la de los Treinta Años. 

La reforma que no fue.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2022 Sekotia
150
9788418648212
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Comentarios

Imagen de aita

Un sencillo y divulgativo trabajo realizado en forma de diálogo. Leer artículo >>

Imagen de enc

Me llamó la atención en su momento, que el Papa concediera al Cardenal Cisneros la facultad de inspeccionar y reorganizar, en su caso, las instituciones religiosas en la Península, eliminando los abusos y corrupciones cuando los hubiera. Hay que tener en cuenta que Cisneros era un sacerdote secular.