Pilotos de caza

“Pilotos de caza” narra la creación de la RAF (Royal Air Force) y la intervención del Mando de Caza en las dos primeras fases de la Segunda Guerra Mundial: las batallas de Francia y de Inglaterra. Cuenta la historia de sus líderes y de los jóvenes pilotos que defendieron a su país en el aire y perdieron la vida en esa defensa. Como dijo Churchill en la Cámara de los Comunes: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Inédita Editores, S.L.
525
978-84-96364-78-3

Subtítulo: Héroes de la Batalla de Inglaterra. Edición inglesa de 2003. 2007 en RBA Coleccionables.

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La RAF se constituyó en 1918, al fin de la Primera Guerra Mundial, y en 1920 se creó la Escuela de la Fuerza Aérea. Al terminar la Guerra europea se había extendido en Gran Bretaña un sentimiento pacifista que impidió a los gobiernos el rearme de los Ejércitos. No fue hasta 1934, a raíz de la subida de Hitler al poder en Alemania, cuando el Reino Unido comprobó que se había quedado muy atrás en poderío aéreo. En 1935 se empezó a fabricar el nuevo modelo de caza Hurricane y en 1936 el Spitfire, que se habrían de enfrentar a los Messerschmitt de la Luftwaffe. Aunque Alemania tenía prohibida la formación de pilotos militares por las estipulaciones del Tratado de Versalles, en 1923 arrendó a los soviets una base aérea cercana a Moscú donde se llevó a cabo esa formación. El libro cuenta el enfrentamiento aéreo durante las dos primeras fases de la Segunda Guerra Mundial, en los cielos de Francia y Gran Bretaña. El arma y las tácticas de la aviación de guerra habían evolucionado desde la Primera Guerra Mundial: En Francia el Mando de Caza actuó como escudo de las tropas en tierra, especialmente durante la evacuación del ejército franco-británico acorralado en Dunkerque; al otro lado del Canal los cazas se tuvieron que enfrentar a bombardeos masivos de la Luftwaffe dirigidos a doblegar la resistencia británica y preparar la invasión de las islas. La Batalla de Inglaterra supuso para Alemania fuertes pérdidas en aparatos y pilotos que hubieran sido necesarios para la campaña de Rusia y para la defensa de su propio espacio aéreo. También la RAF sufrió fuertes pérdidas. Por el Mando de Caza pasaron 2500 pilotos de los que murieron 500: británicos, neozelandeses, canadienses, polacos o checos, estos últimos escapados de sus países de origen a través de Rusia. El autor utiliza el testimonio de los supervivientes, así como los diarios de vuelo de los que cayeron. El libro es interesante, nada propagandístico y se lee muy bien.