Presencia de lo sagrado en el cuento maravilloso

«Había una vez, en un lugar muy lejano, hace muchos, muchos años...». Todo lo que sigue es verdad de acuerdo con las normas del reino maravilloso y, fuera del mismo, es verosímil. Detrás de los muros de la fantasía está el mundo para el cual hay que prepararse y, como exponen los relatos, más allá del territorio profano y contingente hay una existencia inagotable que de él depende. Los vestigios del sentido sagrado asoman en presencias aparentemente aleatorias, de seres intermedios, de animales mágicos, de elementos de la naturaleza que enfrentan al hombre con las causas últimas del universo.
La gran enseñanza de los cuentos es que la vida toda depende de una condición previa que no conocemos, pero que debemos aceptar y cumplir; es el misterio de la libertad, frente al cual la decisión humana avanza con elementos no evidentes. La fragilidad del mundo ordinario aumenta cuando las pruebas se afrontan en desventaja de códigos y de valores. El heroísmo dilata las experiencias, las saca de la rutina, les exige que se transformen en aprendizajes. La tragedia medida del cuento maravilloso nos introduce en un universo integral de eventos, relaciones y consecuencias que simulan el horizonte de una vida completa.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Eunsa
276
978-84-313-3469-7

Colección Astrolabio Lengua y Literatura 

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Estudio muy interesante sobre el elemento sagrado en los cuentos de hadas o cuentos maravillosos. La profesora Ethel Junco de Calabrese, Doctora en Letras y Doctora en Filosofía, realiza una investigación exhaustiva sobre el concepto de lo sagrado y su presencia en los cuentos tradicionales de carácter maravilloso. En estos relatos, conviven de forma espontánea y habitual los elementos naturales y los sobrenaturales. Y en este sentido, la idea se relaciona con el concepto de literatura como recurso de expansión de nuestros límites: “expansión” no solo como anticipación imaginativa o sustitución de experiencias, sino como advertencia y profundización en sentido trascendente. “Tras las experiencias, espera un sentido final, que enraíza con el misterio de la vida” (p. 21).

La obra consta de ocho capítulos y está estructurada en dos partes: una primera parte teórica sobre las antiguas tradiciones y los cuentos; y una segunda parte más práctica, en la que se revisan figuras y mitos concretos en los cuentos de Perrault, en los hermanos Grimm y en Leopoldo Marechal (1900-1970), autor argentino que en sus obras continúa la tradición folklórica europea.  El libro se completa con un apéndice de carácter didáctico para padres y docentes.

Así, en la primera parte, el estudio se centra en las características del cuento maravilloso y en sus protagonistas, que se distinguen por su inocencia y  generosidad, y que se enfrentan al mal y a la injusticia en beneficio de toda la comunidad. En casi todos los relatos se plantea un viaje iniciático (ausencia, aprendizaje, reencuentro), que obliga a descender a lo profundo de la propia existencia y valorarla: “Si la esencia a redimir es buena, las energías del universo se ponen a su disposición (del héroe o de la heroína)” (p. 95). De esta forma, la profesora Junco de Calabrese afirma que “solo si las historias son capaces de transmitir una certeza espiritual, podrán fundamentar una lección moral” (p. 111).

Con respecto a la segunda parte, se recogen comentarios y explicaciones sobre una selección de cuentos de Perrault, los hermanos Grimm y Marechal. En ellos se revisan mitos y figuras tradicionales como los duendes y los enanos, las damas del agua (con un análisis especial de la Sirenita), y el mito de Orfeo, cuya anábasis o subida desde los Infiernos, tras buscar a su esposa Eurídice, puede ser una metáfora de la propia ascensión del alma, que se plantea como posibilidad de trascendencia (reflejos del mito en cuentos como Barba Azul o La bella durmiente del bosque). En definitiva, como afirma la autora en sus conclusiones, es oportuno que los textos literarios recomendados y trabajados con los alumnos también apoyen el modo complementario del entender, es decir, el de creer. “Para este fin se hacen propicios los cuentos maravillosos en tanto que evocan un horizonte de sentido religioso, e invitan a confiar, a aceptar, a afirmar aquello que es materia de fe” (p. 263).

Así pues, se trata de una obra interesante e ilustrativa sobre la importancia de los cuentos maravillosos en todas las épocas, aunque a veces el vocabulario y la forma de expresión utilizados, propios de una investigación, son bastante técnicos y pueden dificultar la lectura a las personas que no son expertas en la teoría del discurso literario. Sin embargo, todos los esfuerzos por acercarnos a la lectura y a la interpretación de las obras literarias siempre merecen la pena. Como recoge la autora en su apéndice, baste recordar esta magnífica cita de C.S.Lewis sobre la lectura: “Por cada alumno que proteger de un leve exceso de sensibilidad, hay tres que despertar del estupor de la fría vulgaridad. El deber del educador moderno no es talar selvas, sino irrigar desiertos… Si no alimentamos la sensibilidad de nuestros alumnos, solo los convertimos en presa más fácil del propagandista” (p.255).