Vidas romanas

Una invitación a adentrarse en Roma, a través de personajes que pasaron por la Ciudad Eterna: Goethe, Cristina de Suecia, Chesterton, Petrarca, Caravaggio, Miguel Ángel, Marco Aurelio, Liszt, Pío XII, Juan XXIII... Bajo la ficción de la forma autobiográfica, son textos apócrifos con los que el autor quiere recrear el tiempo interior de cada personaje.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2004 Rialp
240
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3
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Imagen de wonderland

Roma es sinónimo de universalidad y permanencia. Mucho se ha escrito sobre ella: libros históricos, artísticos, literarios. Por eso Roma siempre ha sido una ciudad sugerente para los escritores y artistas que la han visitado o han vivido en ella. Antonio Rubio, que confiesa haber "sucumbido" al misterio de Roma, escribe en este libro textos ficticios de treinta y tres personajes que tuvieron que ver con la ciudad eterna.
San Pablo en su estancia en la capital del imperio, Goethe en su viaje a Italia, artistas como Velázquez o Miguel Ángel, músicos, papas y poetas, todos estos personajes escriben sobre su experiencia romana. Cada uno se encuentra autorretratado y desvela su personalidad, sus problemas y sus sueños.
Esta pequeña obra es un ejercicio de erudición. Hablar a través de personajes históricos tan variados requiere un conocimiento exacto de ellos y de su época.
Antonio Rubio aprovecha cada uno de los capítulos para situar al lector en su contexto histórico y muy acertadamente incluye al final un apéndice biográfico para que el lector sepa quién habla en cada caso. www.aceprensa.com

Imagen de cdl

Este es un libro a medio camino entre el ensayo y la narrativa, pues treinta y tres personajes que pasaron por Roma a lo largo de veinte siglos nos hablan en primera persona de sus sentimientos y vivencias. No es exactamente una obra de ficción, ya que los hechos narrados son reales mas también se ajustan a la verdad las expresiones que el autor pone en sus bocas.

Goethe, Cristina de Suecia, Chesterton, Miguel Angel, Petrarca, Bernini, Marco Aurelio, Lizst, Pío XII O Juan XXIII resultan así algo muy cercano a nosotros, hasta el extremo de aparecer en deliberado desorden cronológico, en un intento del autor de presentarlos como hombres y mujeres de todos y cada uno de los tiempos. En cada capítulo de "Vidas romanas" vemos fluir su tiempo interior en forma de soliloquio, meditación u oración. Quizás un denominador común sea su afán de búsqueda, tanto desde la fe como desde su carencia. Esa búsqueda inacabable conlleva en muchos de ellos un toque de melancolía, expresado no tanto ante los monumentos romanos, sino en el insatisfecho deseo de conjugar la verdad y la belleza. A algunos les define también, como a tantas otras personas, que su actitud ante la vida no es la de un sí - o un no- rotundo, sino la de un sí a medias.

Cabría preguntarse si es un libro de cultura o de religión. La respuesta no sería fácil, pues en Roma toda connotación religiosa tiene un marcado acento cultural, y las gentes de la cultura o de la política que recorren estas páginas se sienten interpelados a pronunciarse en cualquier época sobre el cristianismo, particularmente en Roma dónde "Cristo es romano", según expresión de Dante en La Divina Comedia. La cuestión sobre el cristianismo implica por igual a los que se dejan llevar por las ambiciones políticas o encadilar por los goces estéticos de una ciudad que ha merecido con justicia el calificativo de Eterna. El binomio "Roma-cristianismo" nos acompaña inseparablemente en este paseo por diversas Romas: la de los Césares, la renacentista, la barroca, la de los artistas románticos o la de las convulsiones políticas y bélicas del siglo XX. (Enviado por Rafael Muñoz García)