La Teología del final del siglo XIX

La historia de la teología de la segunda mitad del siglo XIX estará marcada, por la  celebración del Concilio Vaticano I, en el que solo pudieron aprobarse dos grandes constituciones dogmáticas;  la primera la Pastor Aeternus, en la que se establecía como dogma de Fe la infalibilidad pontificia en determinadas circunstancias y, en segundo lugar, la constitución Dei Filius, en la que se recordaba la importancia de la teología natural y se afirmaba con seguridad que el hombre puede acceder a la existencia de Dios a partir de la luz natural de la razón. Así pues, quedaba mucha Teología hecha en el final del siglo XIX.

Cultura cristiana

Hace ya unos años que san Juan Pablo II al hablar de la vida cristiana, nos recordaba que no sólo afectaba a la vida de oración personal sino al modo de plantear nuestra propia existencia, al descanso y al trabajo, al ocio y al crecimiento personal, pues insistía al mundo entero que “una fe que no se hace cultura, no es una fe plenamente vivida, plenamente asentada”.

En conciencia

El alemán Ferdinand von Schirach escribe de nuevo, esta vez en formato teatro, una obra de gran interés social. El desarrollo de la historia es un juicio donde se imputa a un piloto de caza el asesinato de todos y cada uno de los pasajeros de un avión de línea, al disparar para evitar que un secuestrador islámico lo estrellara contra un estadio repleto de espectadores. Lo que ha hecho, convencido de haber realizado una buena causa, va totalmente en contra de las leyes del estado alemán, pero él, en conciencia, consideraba que debía actuar así.

Poder civil y eclesiástico

Desde los célebres discursos de Marsilio de Padua en el siglo XIV, que terminarán por inspirar al Maquiavelo, en los que se negaba abiertamente a la Iglesia y al Papa todo poder en cualquier esfera y, en cambio, se le confiere la totalidad del mismo al monarca, se acaba por establecer una clara distinción entre el poder eclesiástico y el poder espiritual.

Transformar el mundo desde dentro

En el mundo antiguo, se produjo un cambio radical con la irrupción de Jesucristo en la historia y, entre otras cosas, cuando pasados los años, con la llegada de los primeros intelectuales a la Iglesia, se pudieron comprobarse las diferencias tan radicales que se había, por ejemplo en el concepto de religión.

Lucidez y sentido común

Vasili Grossman escribió Que el bien os acompañe (Galaxia Gutenberg) en 1962, en circunstancias muy penosas. Proscrito y perseguido en la Unión Soviética, le habían confiscado sus escritos y temía que hubieran destruido el manuscrito de Vida y destino, su obra más conocida, inédita entonces. No sabía que una copia pudo salir clandestinamente de Rusia. Para escapar de este ambiente tan opresivo, acepta viajar a Armenia, cuando le encargan la traducción al ruso de una obra del escritor Martirosián (Hrachya Quochar). En el viaje a aquella –entonces– república soviética, se manifestarán los primeros síntomas de la enfermedad que acabará con su vida en 1964.

Historia y ficción

Muchas veces se ha dicho y, por supuesto, se ha escrito, e incluso se ha podido comprobar desgraciadamente, que la realidad supera a veces con creces a la ficción, pues, en efecto, hay determinados hechos tan graves y de magnitudes tan inconmensurables, que parecen fruto de un inmenso sueño.

La falsificación de la historia

La fe en Dios y, en concreto, la fe cristiana compromete de modo esencial toda la persona humana en su integridad, pues se trata de un encuentro radical con Dios y, por tanto, de un encuentro que terminará por transformar completamente la vida y la actuación del cristiano.

La solución final

El profesor John Senior de la universidad norteamericana de Kansas, puso en marcha hace ya unos años con otros colegas los Programas de Humanidades Integradas con el fin de recuperar a los clásicos y, con ellos, la esperanza profunda en el sentido cristiano de la tradición en la formación humana y cristiana de los universitarios de su tiempo y, desde esos sólidos fundamentos, ayudarles a formarse y crear una verdadera cultura cristiana (11).

Atrapado por el marxismo

El profesor de Literatura inglesa y crítico literario inglés Terry Eagleton, acaba de publicar un nuevo ensayo referente a problemas reales de nuestra cultura contemporánea, eso sí, como siempre lo ha realizado con su habitual sorna y con el fino sentido del humor que le caracteriza habitualmente.

Páginas

Suscribirse a Club del lector RSS